Susana Díaz y su marido José María Moriche celebraron el bautizo de su hijo José María, que nació el pasado 30 de julio. La pareja celebró la ceremonia religiosa en la iglesia de Santa Ana, en pleno barrio de Triana, una de las parroquias más emblemáticas de la ciudad, lugar en el que Kiko Rivera e Irene Rosales celebrarán también el bautizo de su hija Ana el próximo 12 de marzo.
Entre los invitados al bautizo se encontraban los familiares de Susana Díaz y algunos miembros del PSOE de Andalucía, como el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, con quien la presidenta mantiene una estrecha amistad.
Finalizada la ceremonia, todos se trasladaron a un céntrico bar de Sevilla a tomar unas cañas y unas tapas. Sin embargo Susana no dejó en ningún momento que se la fotografiara ni posó para los fotógrafos ni quiso hacer ningún tipo de declaración.
A la salida del establecimiento fue cuando se organizó el problema. Algunos fotógrafos trataron de captar las instantáneas de la lideresa al sali, algo que a ella no le hizo ninguna gracia e intentó evitarlo por todos los medios con mediación de su equipo de seguridad.
‘Sus hombres’ trataron en todo momento de impedir que se la fotografiara, rodeando a Susana. Una situación muy tensa que acabó con el forcejeo del equipo de seguridad con algunos fotógrafos.
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