Localizado en Asia Central, Uzbekistán ha sido especialmente conocido por sus bellísimas mezquitas, sus impresionantes mausoleos y su vinculación con la Ruta de la Seda, la antigua ruta comercial entre China y el Mediterráneo. Una de sus imágenes más icónicas, y más destacadas para los que nunca han estado allí, es el Registán -cuyo significado en persa es 'lugar de arena'-, una plaza ubicada en el corazón de la antigua ciudad de Samarcanda de la dinastía timúrida, bordeada por tres escuelas religiosas adornadas y cubiertas de mosaicos que datan de los siglos XV y XVII. Sin embargo, más allá de este hermoso espacio por el que es obligatorio hacer una visita, existen otros lugares en donde disfrutar de Uzbekistán en toda su esencia.
La joya de Uzbekistán
Además del Registán, Samarcanda, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tiene mucho que contar. Podría decirse que es una de las joyas de Uzbekistán, por la cantidad de lugares que merecen una visita en la ciudad y por las numerosas leyendas que giran a su alrededor. Con más de 2700 años en su historia, su bellísima arquitectura islámica explica su raíz histórica y las numerosas muestras de su cultura dan fe de ello.
Hay dos actividades, además de la visita a Registán, que no pueden dejar de hacerse en Samarcanda: la primera de ella es pasear por el sagrado recinto de la Mezquita Bibi-Khanym y admirar su imponente fachada de 35 metros de altura totalmente decorada con azulejos; y, la segunda, visitar el Museo Afrasiyab, que cuenta la historia de la ciudad y que permite a cada uno de los visitantes profundizar en la cultura y el pasado del lugar en el que se encuentra.
Más de 140 edificios históricos
Con doscientos años menos de antigüedad, Bujará, también llamada la ciudad de la poesía y los cuentos de hadas, es un santuario de edificios históricos. Sus 2500 años de historia a sus espaldas los abalan las numerosas mezquitas, madrasas y mausoleos demuestran el rico patrimonio cultural de la ciudad. Y es que existen más de 140 monumentos que visitar a lo largo y ancho de la ciudad. Uno de los más especiales es la madrasa Mir-i-Arab, con dos grandes domos azules en los laterales, que continúa siendo hoy en día toda una institución donde los futuros imanes y mentores religiosos reciben su educación.
Naturaleza en Uzbekistán
La historia y la cultura es uno de los valores más interesantes de visitar Uzbekistán, pero más allá de todos ellos, también existen oasis de naturaleza como Fergana. Convertidos en uno de los elementos más significativos del país, los paisajes naturales de esta ciudad merecen una visita. El Valle de Fergana es un auténtico reino de belleza natural y cautivadores escenarios plagados de montañas, ríos y fértiles llanuras.
Viaje al pasado
Jiva es la única ciudad cuyo territorio se encuentra en medio de una verdadera fortaleza medieval: Itchan-Kala. Esta pequeña ciudad del oeste de Uzbekistán es una cápsula del tiempo por eso no es de extrañar que su casco antiguo haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En plena Ruta de la Seda
Localizada en el corazón de Uzbekistán, Tashkent fue un punto importante de la antigua etapa de la Ruta de la Seda. Su impresionante arquitectura, como la catedral del sagrado Corazón de Jesús o “Iglesia Polaca”, uno de los pocos templos católicos en todo el país, y su rica historia invitan a viajar en el tiempo a través de sus calles. Tampoco hay que dejar de visitar el Museo Amir Timur, en lo alto de la Torre de Telecomunicaciones de Tashkent ni la Plaza de la Independencia.
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