A principios de 2015 la baronesa compró dos casas de lujo en Andorra de unos mil metros cuadrados de superficie cada una y valoradas en 10 millones de euros entre las dos con la intención de vivir en una de ellas y que la otra la ocupara su hijo y su mujer Blanca Cuesta. Esta operación formaba parte de la estrategia de demostrar que tenía residencia en Andorra.
Unos intentos que le han servido para poco ya que Hacienda está convencida de que posee todas las pruebas necesarias para probar que Borja no reside seis meses en Andorra, tal y como él asegura. Para ser residente fiscal en el extranjero hay que pasar más de 183 días fuera de España.
Mientras la defensa del acusado, insiste en que residía en Andorra y que la actuación de la Agencia Tributaria es “absolutamente ilegal”, los objetivos indiscretos de los paparazzis han dejado constancia de que no es así ya que le han captado en más de una ocasión saliendo de su domicilio de Barcelona. Incluso el pasado mes de abril Borja llegó a rogar a los fotógrafos: "Por favor, no me hagáis fotos, que para Hacienda vivo en Andorra".
No es el único asunto pendiente que tiene con Hacienda, ya que años después, en 2013, le volvieron a denunciar por fraude y él trasladó su residencia al país vecino para evadir los impuestos.
Según fuentes conocedoras del procedimiento, Hacienda acusa a Thyssen de no tributar en España por sus múltiples ingresos de ese año, que incluyen los 300.000 dólares de adelanto del pacto de Basilea, el acuerdo que establecía el reparto de la herencia del barón Thyssen.
También la Agencia Tributaria tiene otro procedimiento penal abierto en los juzgados de Pozuelo por el impuesto de la renta del año 2010, que no consideran que esté correctamente declarado.
De ser admitida la denuncia, Borja no entraría en la cárcel porque se le quedaría la condena en menos de dos años y no tiene antecedentes penales, pero sí tendría que saldar su deuda.
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