WhatsApp tiene un agujero de seguridad que permite a los ciberdelincuentes interceptar y manipular los mensajes enviados a un grupo o conversación privada, tal y como ha descubierto la empresa norteamericana Check Point.
Esto permite a los atacantes difundir información falsa, comprometiendo al emisor de los mensajes. Estas son las posibilidades que este agujero de seguridad abre a los ciberdelincuentes:
- Cambiar una respuesta de alguien para poner palabras en su boca que no ha dicho. En
este primer escenario, las palabras de una de las partes son manipuladas por el
atacante para proporcionar una respuesta que podría beneficiarlo en gran medida. - Citar un mensaje en respuesta a una conversación grupal para hacer que parezca que
proviene de una persona que ni siquiera es parte del grupo. En este contexto, los
estafadores pueden difundir información errónea sobre un determinado producto para
causar un gran daño a una empresa. - Enviar un mensaje a un miembro de un grupo que parece ser un mensaje de grupo,
pero solo se envía a este miembro. Sin embargo, la respuesta del miembro se enviará a
todo el grupo. En este escenario, se puede manipular a las personas para que revelen
secretos que de otra forma no revelarían.