Economía

Unicaja y Liberbank valen hoy la mitad que cuando rompieron la fusión en 2019

El difícil entorno en el que se desarrolla la actividad financiera y las facilidades del BCE aceleran la fusión que dará origen al quinto banco de España

  • Unicaja y Liberbank valen hoy la mitad que cuando rompieron la fusión en 2019

Nunca merecieron el interés de los grandes bancos y ni de las mayores cajas de ahorros de la época. Ni Unicaja ni Liberbank. Quizás por eso, en diciembre de 2018 intentaron unirse después de muchos noviazgos fallidos, en un campo de juego en el que había una caja por provincia y cerca de medio centenar de bancos de todos los tamaños. Entonces, Unicaja presumía de una capitalización bursátil de 1.846 millones de euros. La de Liberbank era algo más modesta, 1.293 millones. La ecuación de canje de las acciones acabó haciendo saltar en pedazos la operación en mayo de 2019.

Ahora las cosas han cambiado. Pero a peor por la situación económica. Por eso, Unicaja y Liberbank se han dado una nueva oportunidad para crear una entidad más grande, la quinta por volumen de activos de España, conocedores de que no habrá muchas más y de que hay poco dónde elegir. Unicaja vale en el mercado poco más de la mitad que hace año y medio, 1.004 millones, y Liberbank, un 46% menos: 700 millones de euros a cierre del viernes. Tienen más prisa. En Bolsa, los analistas dan por descontada la operación, porque es la única posibilidad de ambas sigan manteniendo una identidad propia por la que han peleado desde el inicio de la crisis.

El Ministerio de Economía, el Banco de España, el BCE y el FMI han impulsado desde 2008 las concentraciones bancarias por la necesidad de tener entidades más grandes y más capitalizadas en una economía globalizada. Lo importante para todas estas instituciones es ser grande. Así, persiguiendo este único fin, hemos visto la unión de hasta siete cajas de ahorros, la absorción de cajas pequeñas y medianas por bancos, la compra de Popular por Santander y la fusión, a falta de pulir detalles, de Caixabank y Bankia. Todo por ganar tamaño.

La entidad resultante de la fusión de Unicaja y Liberbank será mayor, obviamente, pero su volumen de activos no le da nada más que para ser el quinto banco de España

Pero la integración Unicaja-Liberbank no parece perseguir esa finalidad. La entidad resultante será mayor, obviamente, pero su volumen de activos (108.826 millones de euros) no le da nada más que para superar a Bankinter (92.829) y constituirse como el quinto grupo bancario de España, lo que no dice mucho teniendo en cuenta que apenas quedan otros tres o cuatro bancos más. Sabadell, el cuarto, quedará muy lejos, con sus 234.447 millones de balance.

Por valor de mercado (unos 1.704 millones) será la número 48 del Índice General de la Bolsa de Madrid. Los analistas no creen que cotice en el Ibex 35, pero de hacerlo, con su actual capitalización bursátil apenas superaría a la de Meliá Hotels, Indra y Banco Sabadell. 

Una fusión defensiva

Parece más una fusión defensiva entre dos entidades que se conocen y han protagonizado numerosas operaciones de concentración fallidas. “Estamos en un entorno muy hostil para la banca, entre otras cosas por la desaceleración económica que reduce el número de operaciones, los tipos cero que estrechan los márgenes, la posibilidad de un aumento de la morosidad y, por tanto, de las provisiones”, dice Joaquín Robles, analista de XTB.

La caja andaluza tuvo un beneficio ex-covid en la primera mitad del año de 133 millones, un 14,8% más que un año antes, con una ratio de capital de máxima calidad del 14,4%, con un exceso de 1.639 millones, 707 puntos básicos, sobre los requerimientos del BCE. Liberbank ganó en el primer semestre del año 41 millones, un 43,8% menos. Su ratio de capital es del 14%, con un exceso de 932 millones, equivalentes a 400 puntos básicos sobre las obligaciones que fija Europa.

Las adversidades de la pandemia se han dejado notar en en la rentabilidad y en el precio de las acciones en Bolsa

Las adversidades de la pandemia se han dejado notar en en la rentabilidad y en el precio de las acciones en Bolsa. El ROE, la rentabilidad sobre recursos propios, ha caído al 3,1% en Unicaja, la mitad que en junio de 2019, y al 2,9% en Liberbank. Estos datos han podido acelerar las conversaciones de fusión.

Las facilidades que el BCE ha dado en julio para hacer más atractivas las operaciones de fusión no existían el pasado año y quizás por eso fracasó la operación. Ahora, el capital que exigirá Lagarde a la entidad resultante será la media de las dos, o sea, el 14,2% y no el de la entidad más solvente, por lo que no hará falta una ampliación de capital que en 2019 se estimó en 400 millones.

Desplome de las acciones de Unicaja y Liberbank

Las acciones de Unicaja cotizan en torno a los 0,623 euros, cuando en diciembre de 2018, fecha del inicio de conversaciones del primer intento de fusión, costaban 1,146 euros. Han perdido un 46% de su valor en 22 meses. Algo parecido ha sucedido en los títulos de Liberbank. En 2018 cotizaban a 0,434 euros y ahora se pueden comprar por 0,235%, otro 46% menos.

El hecho de que el valor de mercado de Unicaja y Liberbank esté muy por debajo del valor en libros es uno de los atractivos de la operación. La caja andaluza cotiza con un descuento del 73% y la asturiana, del 78%. Gracias a las nuevas medidas acordadas por el BCE este verano, el banco central reconocerá el fondo de comercio en las operaciones de fusión que se realicen por debajo del valor en libros para que puedan ser utilizados para cubrir pérdidas potenciales. Por eso pide que no se repartan en dividendos extraordinarios a los accionistas. Esto es lo que ha terminado de convencer a los responsables de las dos entidades de la conveniencia de no quedarse fuera de la pista de baile esperando pareja.

Los analistas dan por hecha la fusión bancaria

Los analistas de mercado dan por hecha la operación, pero con Unicaja y Liberbank nada es seguro hasta que se firma ante notario. Unicaja, fruto de la fusión de varias cajas andaluzas en 1991, integró a la Caja de Jaén en 2010 y a las dos cajas castellanoleonesas fusionadas en Ceiss en 2018. En 2009 se acercó a Caja Castilla-La Mancha, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto al considerar las ayudas del Banco de España insuficientes. Intentó en 2010 hacerse con Cajasur, la caja cordobesa controlada por la Iglesia, pero el consejo de ésta prefirió “morir” intervenida por el Banco de España antes que ceder a las pretensiones de Braulio Medel.

Liberbank también ha tenido sus historias. Fruto de la fusión de las cajas de Asturias, Cantabria y Extremadura en 2011, pudo haber sido más grande al sumar CAM, pero le dieron miedo las cifras de morosidad y la exposición de la Caja del Mediterráneo al sector inmobiliario y la operación se fue al traste. En 2012 hubo un acercamiento a Ibercaja y Caja 3, pero los test de estrés de Oliver Wyman pusieron de manifiesto el riesgo que podría suponer para Liberbank.

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