Pedro Sánchez lanzó una promesa en el Senado a las fábricas que se operan con cogeneración. El Gobierno anunció que estas plantas que generan electricidad y calor a través del uso, mayoritariamente, de gas podrán hacer uso del mecanismo ibérico o tope al gas. El problema, según explican desde el sector a Vozpópuli, podría quitarles a cambio la retribución a la operación y volver a castigar su operativa.
Hasta 400 fábricas, entre las que se encuentran gigantes como Pamesa o Saica, se mantienen paradas a la espera que el Gobierno publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la propuesta definitiva. Los detalles permitirán a estas fábricas químicas, papeleras, cerámicas o alimentarias hacer cuentas y negociar con sus proveedores de gas para poder recuperar su actividad.
“Nos han ofrecido dos vías: te puedes acoger al mecanismo ibérico o te puedes mantener en el régimen retributivo actual, con el compromiso de aumentar esta retribución en 1.000 millones de euros más”, explican desde el sector. Estas industrias consideran que el mecanismo ibérico sólo afecta a su generación de electricidad con gas pero que quedaría olvidada su producción térmica.
Por lo tanto, habría muchas centrales que no les salga a cuenta la promesa del Gobierno y optarán por mantenerse apagadas. Los técnicos del Gobierno llevan cerca de tres meses trabajando en un acuerdo con el sector de la cogeneración. En mayo, cuando se aprobó el tope al gas, este sector se sintió injustamente tratado porque quedaba excluido de este mecanismo que pagan los consumidores frente a otros negocios como los ciclos combinados de gas.
Tras el anuncio de Sánchez en el Congreso, asociaciones como Acogen o Cogen contactaron con el Gobierno para conocer los detalles. “La idea del Ministerio para la Transición Ecológica es presentar una propuesta definitiva en septiembre y que las industrias que están paradas puedan retomar su actividad”, comenta el director de Acogen, Javier Rodríguez.
El problemas que tienen estas industrias es que tienen contratos de gas que tiene como referencia el índice holandés TTF, que tras el inicio de la invasión de Rusia se ha descontrolado. Las cogeneraciones con contratos vinculados al Mibgas han llevado mejor la volatilidad en estos meses porque ha registrado precios muy inferiores. No obstante, muchos de ellos han vivido incrementos del 50% en el caso de las papeleras o, incluso, a multiplicarse por 10 en el caso de la cerámica.
Las fábricas quiere renegociar
Sus principales costes son los energéticos. El encarecimiento de la materia prima con la que generan electricidad y calor provocaron que estas fábricas tuvieran que parar. Estas fábricas tienen que compensar a sus proveedores energéticos por el gas que no consumen pero, aún así, les sale rentable mantener el negocio parado.
“La industria está para funcionar y confiamos que todas las plantas puedan recuperar la producción”, comenta Javier Rodríguez. “Un país no puede permitirse tener su industria parada. Se necesita el esfuerzo de las empresas, del Gobierno y de los proveedores energéticos”, comenta.
El presidente vendió como un gran avance incluir a la industria de la cogeneración dentro del mecanismo ibérico. Una medida que llega tres meses después de arrancar el tope al gas y que, al no ser incluido desde entonces, su producción de energía se ha desploma un 63%.
Acogen confía en que estas medidas permitirán recuperar con celeridad la producción de la cogeneración y el mantenimiento del tejido industrial asociado en sectores industriales claves para la economía y el empleo nacional. Las plantas de cogeneración suponen el 20% del PIB industrial del país, que supone el 11% de la generación de electricidad nacional y que utiliza el 20% del consumo total de gas en España. En estos momentos, existen 400 de las 600 plantas de cogeneración paradas y esperando a que la promesa de Sánchez les resulte rentable.
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