España es uno de los países del mundo con más capacidad de desalación, y cuenta con empresas líderes mundiales en desarrollo de estas plantas. Sin embargo, el promedio de funcionamiento de sus 765 desaladoras en los últimos 20 años apenas supera el 16% de su capacidad y sólo se ha elevado en algunas por presión de la sequía y de los subsidios al metro cúbico de agua desalada.
Después del boom que se vivió cuando José Luis Rodríguez Zapatero derogó el Travase del Ebro del PP, y prometió en 2008 que con el programa de desaladoras que puso en marcha la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el problema del agua estaría resuelto en cuatro años en todas las comunidades autónomas, de 51 plantas prometidas se construyeron 17 y la mayoría están infrautilizadas.
El artículo The end of scarcity? Water desalination as the new cornucopia for Mediterranean Spain, de Hug March, David Saurí y Antonio M. Rico-Amorós (Journal of Hydrology) pone el foco en la infrautilización de las desaladoras, con un aprovechamiento del 16% en promedio, cuando muchas de ellas se construyeron con fondos europeos.
Con todo, las desaladoras han prestado servicios en las sequías y de hecho el último plan que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado jueves prevé la construcción de tres nuevas plantas en Cataluña y Andalucía, las comunidades más castigadas ahora mismo. Igualmente, se ha dado luz verde a la Sociedad Estatal de Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed) para que comience a licitar la construcción de nuevas plantas desalinizadoras alimentadas por parques solares fotovoltaicos,
El problema por el que no se utilizan a pleno rendimiento es la dificultad de encontrar demanda por su alto coste: el metro cúbico de agua desalada sale a entre 90 céntimos y más de un euro. También falta inversión en infraestructuras de canalización.
Si se usaran más, se reduciría el coste, pero no se da el salto y se han utilizado fórmulas que no han ayudado, como subsidios al metro cúbico de agua desalada para regantes. Se trata de uno de los problemas y anomalías que padece el modelo español de gestión del agua, según ha apuntado Gonzalo de la Cámara, director del IE Centre for Water & Climate Adaptation, en un encuentro organizado por Thinking Heads sobre la sequía.
El Real Decreto-ley que presentó la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, el jueves y que ha publicado el BOE este viernes además de construir nuevas infraestructuras, duplica la reutilización de aguas urbanas, y reduce los cánones y tarifas de las explotaciones agrarias afectadas. También contempla la ejecución de un nuevo trasvase para reducir la presión sobre los acuíferos que alimentan el Parque Nacional de Doñana.
La norma modifica la ley de aguas para impulsar la reutilización de las aguas urbanas, de modo que se crezca un 150%, desde los actuales 400 Hm3 anuales a cerca de 1.000 Hm3 anuales en 2027 y llegue a representar el 20% del volumen de recursos hídricos destinados al abastecimiento de poblaciones.
La reutilización de aguas es uno de los elementos en los que avanzar, traslada De la Cámara. El agua reutilizada es 45 céntimos más barata que la desalada, pero todavía sigue resultando cara. Este experto señala que Reales Decretos-leyes como el recientemente aprobado plantean medidas "coyunturales, cuando necesitamos que sean estructurales: o modificamos el sistema de precios del agua en alta, no en baja, o nunca seremos capaces" de que el sistema funcione.
Temporada turística
Y debería contarse con un plan para las desaladoras, cuando España el cuarto país en cuanto a capacidad instalada, es decir, la capacidad de producción de las 765 plantas desaladoras construidas en nuestro país, sólo por detrás de Arabia Saudí, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, según los datos de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (Aedyr).
El bajo rendimiento de las plantas a pesar de su número y capacidad ha llevado a Cataluña a preparar desaladoras portátiles para afrontar la temporada turística, que se prevé excepcional, y cuando el 83% de los visitantes se concentra en áreas con escasez manifiesta de agua.
En Fuerteventura, se plantean usar dos desaladoras portátiles para solucionar el problema de agua que sufre la isla, con averías y problemas en el sistema de abastecimiento, como las que se instalaron en La Palma durante la erupción volcánica.
Hay grandes diferencias de gestión del agua entre municipios, sobre todo entre grandes y pequeños, ya que otra de las dificultades del modelo español es la competencia municipal sobre el suministro, señala De la Cámara, cuando España es el tercer Estado miembro con más municipios, más de 8.000, y la mayor parte de ellos de menos 10.000 habitantes, e incluso 5.000, especialmente en la España vaciada, con una capacidad real de gestionar el agua limitada, frente a los grandes, muy bien organizados.
En este sentido, el Gobierno cuenta con que haya cortes en el suministro de agua en pequeños núcleos urbanos por la sequía en las próximas semanas, según transmiten fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a pesar de que el abastecimiento para el consumo es prioritario y de que en España hay cobertura universal.
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