La sesión del Congreso del 12 de mayo de 2010 cambió el rumbo político del país. José Luis Rodríguez Zapatero anunció un dramático plan de recortes que rebajaba el sueldo de los funcionarios, congelaba las pensiones, eliminaba el cheque bebé y, en resumen, pretendía ahorrar hasta 50.000 millones de euros. Las cifras publicadas ahora por la Agencia Tributaria sugieren que también pudieron cambiar el rumbo de la economía… para peor.

Hacienda: “La progresiva mejora que venía registrando el ritmo del gasto entre 2008 y 2010 se ha visto interrumpida en 2011” con la subida de impuestos.

Según la memoria de recaudación tributaria de Hacienda, las subidas de impuestos provocaron el efecto contrario al pretendido y deprimieron aún más el consumo y la economía. Es el caso del IVA que subió 2 puntos (al 18% para los bienes generales y al 8% para los que tributan en régimen super-reducido) pero que apenas aumentó la recaudación tributaria un 0,5%. La mayor parte de esa subida de impuestos se tradujo en que la gente dejó de comprar. Las ventas –según la memoria de Hacienda—cayeron un 6,3% como consecuencia de la nueva tributación. La Agencia Tributaria admite que esa política fiscal fracasó cuando asegura que “la progresiva mejora que venía registrando el ritmo del gasto entre 2008 y 2010 se ha visto interrumpida en 2011” con la subida de impuestos.

Un tercio de la recaudación prometida

Las cifras de Hacienda al cierre del ejercicio demuestran que el ahorro realmente conseguido con la política de recortes de Zapatero no alcanzó la mitad de lo anunciado por el anterior gobierno. El Presidente prometió entonces un recorte que podría alcanzar los 50.000 millones e infló cada uno de los capítulos hasta el doble de lo realmente ahorrado.

Zapatero anunció su intención de “reducir las retribuciones de personal del sector público en un 5% de media en 2010 y congelarlas en 2011”. El objetivo era ahorrar entre 2.500 y 3.000 millones. El resultado final ha sido un ahorro de 915, según los datos al cierre de ejercicio.

Igualmente, anunció el fin del cheque bebé al proponer “eliminar la prestación por nacimiento de 2.500 euros a partir del 1 de enero de 2011”. El ahorro anunciado iba a ser de 1.500 millones. El ahorro final ha sido de 894.

De igual modo, se planteaba la eliminación parcial de la deducción de 400 euros con la que se iba a ingresar unos 5.000 millones de euros. La recaudación final ha sido de apenas una tercera parte de lo previsto, de 1.876 millones.

Por último, planteó una subida del IVA de dos puntos con el argumento de que cada punto adicional reportaría 5.000 millones de euros a las arcas del Estado. El IVA saltó al 18% pero la recaudación no se incrementó en los 10.000 millones previstos sino en 3.393.

La interpretación política de las cifras resulta incómoda para los dos partidos: para el Partido Socialista porque su ajuste se quedó corto, como le acusa el nuevo gobierno. Pero también resulta incómoda para el PP porque las cifras muestran que la política de ajustes del gobierno Zapatero deprimió más la economía y devolvió la economía a la recesión.