Visto lo que cuesta llenar el depósito, podría acabarse optando por ir en bici. Ayer, los consumidores se desayunaban otra subida en el barril de crudo Brent –de referencia– hasta los 122,42 dólares. Esto es, 0,44 dólares más que en el cierre de la jornada anterior y, de nuevo, por encima de los 122. Pero no todo son malas noticias: después de que el precio de la gasolina marcara por cuarta semana consecutiva su máximo histórico (un litro 1,437 euros), los expertos creen que los usuarios acabarán aligerando sus facturas por combustible en el medio plazo.
Cataclismos aparte, los analistas vaticinan que los precios volverán paulatinamente a la normalidad y se situarán por debajo de los 100 dólares este año. ¿La razón? EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania anunciaron el pasado martes que se reunirían con Irán. Los efectos se hicieron notar de inmediato. La mera noticia, provocaba una bajada en los precios del petróleo por debajo del 2% y de la cota de 122 dólares por barril. Una medida que podría suponer el último cartucho para llegar a un acuerdo por la vía diplomática con Irán sobre su programa nuclear.
España y el euro
Entre el 50% y 60% del precio del petróleo lo explica la especulación, afirman fuentes del sector. Aunque los vaivenes en los precios del crudo también responden a la economía real. Esto es, a tensiones de oferta y demanda. La cuestión radica entonces en el efecto “multiplicador” de esta especulación, que exacerba estas subidas y bajadas de montaña rusa en los precios del crudo. La posibilidad de una guerra con Irán, por tanto, ha sido ahora la principal causante de precios del petróleo por encima de ese nivel de la marca 122 dólares.
Con todo, los analistas son optimistas y confían en que finalmente no estalle un conflicto en el estrecho de Ormuz. A su juicio, el escenario más probable es que los precios del petróleo vuelven a la normalidad, lo que debería traducirse en precios por debajo de los 100 dólares el barril.
Hasta ese momento, España sufrirá. Los expertos recuerdan la alta dependencia del país en relación al petróleo iraní en torno al 15%. El euro es otro factor a tener en cuenta a la hora del desembolso energético.
Un estudio de una importante entidad financiera subraya los efectos de la segunda inyección del Banco Central Europeo de liquidez al sistema financiero. El organismo económico europeo introdujo en vena más de 500.000 millones de euros. Y como todo sistema interconectado, esto ha tenido repercusiones en el tipo de cambio del euro respecto al dólar. La moneda única perdió terreno frente al billete verde del Tío Sam, lo que en el corto plazo se traduce en un encarecimiento de la factura energética europea.
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