Economía

Grecia apura el límite y logra un canje de deuda privada de más del 80%

El país heleno logra cerrar el pacto con los acreedores privados de su deuda soberana agotando el plazo establecido a las nueve de la noche del jueves.

  • El Gobierno del Primer ministro Lukas Papadimos

Hasta el último momento, como viene siendo costumbre en todo lo relacionado con Grecia. Tras rozar la hora límite -fijada a las 21.00 del jueves-, el volumen de participación voluntaria de la quita griega ascendía a 85,8%, según el Gobierno heleno. Esta proporción supone que el canje de bonos podría llegar al 95,7% con el uso de las clausulas de acción colectiva (CAC) para forzar un acuerdo. El ministro de Finanzas ha afirmado en un comunicado de hoy, que se ha logrado así un acuerdo sobre 172.000 millones, lo que obliga a los inversores a soportar pérdidas de hasta el 74% en sus tenencias.

Ese aproximadamente 86%, traducido a euros, supone 172.000 millones de deuda bajo soberanía griega del total de los 206.000 a reestructurar (el resto está inscrito bajo ley británica y otras leyes fuera de Grecia). Con estos números, el Gobierno heleno no tendría obstáculos para iniciar el proceso de quita (para el que es necesario disponer de la aceptación del 66,7% del volumen de deuda), y tampoco para activar el uso de las CAC, para las que se necesita el visto bueno de los tenedores del 75% de deuda.

Clausulas de acción colectiva y CDS

Estas CAC obligarían a los poseedores de bonos reacios a someterse a la quita de forma voluntaria a participar en ella, aunque afectaría de forma exclusiva a los 172.000 millones de euros bajo soberanía griega.

Sobre el resto del monto de la deuda a reestructurar decidirán los propios acreedores en las próximas semanas. Una vez realizado el cálculo de cuántos acreedores se suman a la quita, el Gobierno griego consultará el viernes con sus socios europeos si aplica las CAC. Esta operación implica el riesgo de que sea interpretada como un impago efectivo por parte de las agencias de calificación de riesgo, algo que activaría los seguros CDS que diversos inversores contrataron para proteger sus bonos ante un posible impago griego. La reestructuración de esa enorme deuda significará la condonación de unos 107.000 millones de euros a través de un canje de los bonos actuales por otros depreciados algo más de la mitad de su valor.

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