Economía

Los sindicatos decidieron la huelga general hace dos semanas tras la “incomunicación” de Mariano Rajoy

 

80 días han tardado los sindicatos en convocar una huelga general al nuevo gobierno. Pero la preocupación del Gobierno por el clima de conflictividad en la calle es muy anterior incluso a su llegada al poder: comenzó en septiembre (un mes antes de las elecciones del 20-N) cuando el coordinador de campaña de Rajoy, Baudilio Tomé, convocó en secreto a los sindicatos en la calle Génova. Desde entonces, las dos partes parecen haber asumido que la única pregunta en torno a la huelga general no era “si” se produciría, sino “cuándo”. Así se gestó la huelga general. 

  • Los sindicatos anuncian una huelga general para el 29-M

80 días han tardado los sindicatos en convocar una huelga general a Mariano Rajoy. Pero las maniobras para intentar desactivarla han durado más de 100. El Gobierno ha intentado evitar que sus medidas enciendan la calle incluso antes de serlo: comenzaron en septiembre (un mes antes de las elecciones del 20-N) cuando el coordinador de campaña de Rajoy, Baudilio Tomé, convocó en secreto a los sindicatos en la calle Génova.

El primer contacto entre los sindicatos y el PP tenía como intención tomar la temperatura a unos agentes sociales que adelantaron a Tomé que no pedirían el voto para el PSOE. Baudilio Tomé dijo entonces hablar “en nombre de Mariano Rajoy” y ofreció a los agentes sociales “un canal de diálogo” pero desde ese primer momento las dos partes sintieron el desencuentro. El Secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, se mostró abierto a regresar a Génova pero CC.OO. ni siquiera llegó a asistir al despacho de Tomé.

El PP convocó en secreto a los sindicatos en septiembre para intentar frenar la conflictividad social

Desde ese momento –admiten fuentes del Partido Popular—“hubo intercambio de papeles incluso ante temas polémicos como las pensiones o la reforma del mercado laboral” pero el futuro gobierno y los sindicatos parecían asumir ya que si el PP sacaba adelante una reforma laboral que todavía no explicitaba, la huelga general sería un hecho.

Rajoy, el único presidente que no ha recibido a los sindicatos

El 30 de noviembre, Rajoy mantuvo el único encuentro que ha celebrado con los sindicatos. Lo hizo por separado con UGT y CC.OO. ya como candidato electo, pero todavía a 20 días de ocupar el Palacio de La Moncloa. “Rajoy es el único Presidente de la democracia que ha aprobado una reforma laboral sin recibir a los sindicatos”, asegura el Secretario General de la UGT, Cándido Méndez. CC.OO. describe como “insólito” ese comportamiento.

Desde ese momento, el contacto con los sindicatos languideció. La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, sólo se reunió con UGT y CC.OO. a mediados de enero para que se le comunicara la evolución del diálogo social. La intención de los agentes sociales era “validar el diálogo socia para evitar que el Ejecutivo legislara en solitario”, aseguran fuentes sindicales. No hubo negociación. El último encuentro se produjo la tercera semana de enero, para aclarar un tema de formación a petición de Joan Rosell, según aseguran fuentes de la patronal. Tras esa cita, los sindicatos no volvieron a sentarse hasta que la reforma había sido ya aprobada.  

 Cándido Méndez: “Rajoy es el único Presidente de la democracia que ha aprobado una reforma laboral sin recibir a los sindicatos”

El siguiente encuentro con el Ejecutivo se produjo el lunes 13 de febrero, dos días después de que el Boletín Oficial del Estado publicara el real decreto de reforma laboral. Habían pasado 75 días desde el encuentro con Rajoy y, ante el silencio presidencial, los sindicatos comenzaron a preparar la huelga general.

Las cartas a Rajoy, el desencadenante de la huelga

El ministerio de Trabajo convocó a los sindicatos a discutir el articulado ya aprobado. El Gobierno habla de “negociación” en las cuatro reuniones que se produjeron. Los sindicatos aseguran que los encuentros “fueron de nivel técnico” y que se limitaron a una lectura del articulado por parte del gobierno y una batería de objeciones por parte de los sindicatos precedida de un “no se va a mover ni una coma”.

El 20 de febrero, ante el silencio del Presidente, los líderes sindicales remitieron a Rajoy una primera carta. Firmada por Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, emplazaban a Rajoy “personalmente” a convocar la mesa de negociación para tratar la reforma. No hubo respuesta.

El 2 de marzo llegaba la segunda carta. Era una trascripción de las enmiendas que los sindicatos habían presentado en público. Tampoco hubo acuse de recibo. A esas alturas los sindicatos habían comenzado ya a preparar la huelga general.

La movilización sindical hacia el 29-M

La decisión de la huelga general se adoptó formalmente este viernes 7 de marzo, pero se cerró dos semanas antes. Las manifestaciones del 19 de febrero sirvieron a los sindicatos para medir sus fuerzas y la disposición de la calle a protestar. Satisfechos con la convocatoria, comenzaron a inclinarse por una huelga general y optaron por ello hace 15 días. 

La semana pasada, UGT y CC.OO. comenzaron las consultas internas. Las federaciones dieron su apoyo y cuando acudieron a Madrid para votar, la decisión estaba tomada ya. El resultado fue un acuerdo por unanimidad tanto en la Unión General de Trabajadores como en Comisiones Obreras.  

El martes, los sindicatos comenzaban a cursar peticiones a las Delegaciones de Gobierno de Barcelona y Valencia para una macromanifestación que indicaba que la fecha ya había sido escogida: el próximo 29 de marzo. 

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