El Gobierno español está luchando furiosamente contra la crisis a base de recortes y presionando fiscalmente a la sociedad hasta un extremo que nadie habría imaginado en un Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy. Al menos, la solvencia de la economía es impecable por el momento: España sigue pagando los intereses y devolviendo el principal a los inversores, pese a que la semana pasada Standard & Poor´s rebajó el rating a la deuda.
Pero nuestro país sigue sin ser un mal pagador. Conforme datos de Ahorro Corporación, el mes pasado el Tesoro devolvió a inversores 23.895 millones de euros de deuda pública que vencía. Una señal positiva, “que podría servir de estímulo para que los tenedores de deuda renueven sus posiciones en bonos del Estado”, comentan José María Valle, experto de la firma en una valoración enviada a sus clientes.
Ni mucho menos la situación es para confiarse, pero conviene recordar que el recorte de Standard & Poor´s, en el que culpaba a las Comunidades Autónomas y a la situación bancaria del incumplimiento de los objetivos de déficit no es otra cosa sino poner algo más en duda la capacidad de pago del país. Y de momento, el Reino de España está cumpliendo.
Precisamente, el presidente de Renta 4 Banco, Juan Carlos Ureta, decía ayer en unas conferencias que “no hay riesgo de intervención en España”, ya que “se sigue financiando relativamente bien”. Si el dinero sigue entrando, el repago estará asegurado. Por tanto, el fantasma del rescate está lejos. Siempre que el sistema financiero no decida lo contrario.
Ureta comentó a Vozpópuli que el rescate financiero le parece algo inútil y, respecto al temor bancario, insiste en que la responsable del Fondo Monetario Internacional (FMI), Cristine Lagarde, ha dicho que todo el sistema bancario europeo necesita recapitalizarse, aunque los mercados sólo se estén fijando en el caso español. Sin embargo, “las demás entidades financieras europeas están en una posición no muy diferente a las españolas”.
El rating no afectó
Pero ahora mismo, España está en el punto de mira mediático. Como dato positivo, conviene aportar que desde el recorte de rating del pasado jueves, la rentabilidad de referencia incluso se ha recortado un poco, cerrando ayer en el 5,78%, cuando el día de autos estaba en el 5,83%. No ha cundido el pánico.
Queda la duda de saber el alcance real del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado secundario. Mario Draghi sigue insistiendo en que no adquiriendo deuda en mercado ni aplicará un programa selectivo de compras para tener la situación controlada. Sin embargo, cada vez que el bono mejora en precio, los operadores argumentan en el acto que sin duda el organismo emisor habrá intervenido, aunque sea en pequeña medida.
Los siguientes escollos destacables que afronta el Tesoro son los vencimientos de julio, de 17.851 millones de euros y de octubre, de 26.068 millones. El año ha ido de maravilla en cuanto a captación, con el 40% de los objetivos cumplidos y a tipos en general buenos.
Quedan por conseguir este año 112.000 millones, de los que 92.000 serán para vencimientos. Conviene recordar también que la banca española tiene más de 80.000 millones de euros colocados en la facilidad de depósito del BCE, de los que una buena parte irán al Tesoro. Ahorro Corporación estima que serán precisas unas colocaciones medias de 3.585 millones por subasta. De momento, valoran de manera favorable tras la subasta de ayer que "la demanda sigue fuerte", con "una asignación del 100% del objetivo máximo previsto".
El Gobierno, sin duda, no tolerará con buena cara que los bancos domésticos adopten posiciones excesivamente conservadoras y no financien al estado, en un entorno en el que se habla de ayudas públicas para la banca. Pero, reconociendo que la situación es extremadamente delicada, también es importante que el riesgo de colapso financiero en España no es algo inminente.
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