La OPA hostil presentada por BBVA sobre Banco Sabadell es una operación de largo recorrido, con numerosas posibilidades que están todavía en el aire y en la que casi todo o mejor dicho todo puede pasar ante el escenario actual.
Y por supuesto la entidad que preside Josep Oliú tiene a su alcance algunas posibilidades para que la Oferta Pública de Adquisición de acciones no deseada que llega a del banco vasco, no llegue a buen puerto.
Para el analista de iBroker, Antonio Castelo, "lo cierto es que la Ley de OPAS no deja muchas alternativas a la empresa receptora de la oferta. Por ejemplo, no podría emitir nuevos valores, llevar a cabo operaciones que puedan afectar al valor de sus acciones como vender activos o repartir dividendos extraordinarios, y por supuesto no permitiría una negociación para integrarse o fusionarse con otra entidad".
Entre las posibilidades, el analista expone " utilizar el “frente legal”, como ya ha hecho, denunciando ante la CNMV a BBVA por vulnerar la Ley de OPAs al facilitar documentación por escrito y de palabra de informaciones que no estaban incluidas en el anuncio de la OPA, así como contactar con accionistas de la entidad opada antes de haber presentado el anuncio oficial. No sería descartable que pudieran emprender nuevas acciones y para ello cuentan con el asesoramiento del prestigioso bufete Uría".
Una de las que se distingue frente a otras OPAs hostiles presentadas es el no rotundo que ha mostrado el Gobierno a esta operación. El titular de Economía, Carlos Cuerpo rechaza la oferta "tanto en la forma como en el fondo" y entienden que desde Moncloa tienen la última palabra sobre la operación, aunque los reguladores jugarán un papel fundamental.
Hablamos en España de CNMV y CNMC, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Comisión Nacional de Mercado y de la Competencia, que deben velar, respectivamente porque la operación, en el primer caso, cumpla con todas las exigencias bursátiles que requiera, y la segunda, porque cumpla estrictamente con criterios de competencia y su tamaño y forma no cree ni duplicidades ni niveles de monopolio en algunas materias y áreas geográficas.
También el BCE que, sí se ha mostrado proclive, especialmente desde la pandemia a las concentraciones bancarios y ve con más que buenos ojos esta operación, que además consideraría como complementaria. Primera batalla ya perdida para el Sabadell.
Pero en cuanto al ejecutivo de Pedro Sánchez, que si se convierte en aliado, alegan que puede tener un impacto negativo, por su nivel de concentración, en la prestación de servicios financieros. Sin embargo, en este caso se podría corregir con la venta de activos.
La segunda es por su impacto negativo en materia de empleo, ya que, como toda fusión y para potenciar, tanto el ahorro de costes como para evitar duplicidades, habría despidos, aunque BBVA ha señalado que las salidas de empleados, no tendrían carácter traumático a modo de ERE, Expediente de Regulación de Empleo, y solo con bajas voluntarias.
En realidad, lo que el gobierno puede hacer es bloquear en última instancia la operación, pero de primeras, no puede impedir la adhesión de los accionistas a la oferta.
Así lo indica Antonio Castelo, de iBroker "seguir “alentando” el criterio del Gobierno, que parece contrario a la operación. Es sabido que el Gobierno no puede impedir el lanzamiento de la OPA ni podría impedir que BBVA llegara a controlar mayoritariamente el accionariado de Sabadell, pero sí que podría negarse a autorizar la fusión, con lo cual la operación perdería todo el atractivo para los accionistas de BBVA que fueran comunes con Sabadell. También es posible que, accionistas institucionales de Sabadell, ante la negativa a la operación por parte del Gobierno, den marcha atrás en el interés por ir a la OPA".
Y ese es otro de los puntos que puede buscar Sabadell, el apoyo de los actuales accionistas. Ya lo hemos comentado en otras ocasiones. Uno de las mayores y mejores posibilidades que tiene Sabadell para oponerse a la oferta es contar con el apoyo de la mayor cantidad de actores posibles dentro del capital del bancos. Sin embargo se da la circunstancia de que la entidad no tiene lo que se conoce como núcleo duro, un accionista o accionistas que tengan el grueso del capital y una participación muy significativa.
Todo lo contrario. Aunque los fondos están muy presentes en el capital de Banco Sabadell, se ven diluidos porque solo el 52% del total de los accionistas son institucionales y hay un 48% de ellos que son minoristas. La buena noticia para ellos y para la entidad, en su intento de evitar la OPA es que buena parte de la prima ofertada ya se la ha 'comido' el mercado. Las subidas de la entidad que dirige César González Bueno lo avalan.
Desde iBroker destacan que "el 48% del capital de Sabadell está en manos de unos 205.000 accionistas minoritarios, que además en unas tres cuartas partes son también clientes del banco que podrían ver alteradas sus condiciones con la entidad resultante, ya que BBVA no parece estar en el mismo nicho de mercado que Sabadell con sus actuales clientes".
Desde los niveles actuales de cotización, la diferencia supera el 18% entre ambos valores. Es el resultado de la suma de las acciones de Banco Sabadell en el interés comprador del mercado desde que se hiciera la primera oferta, hasta las caídas de BBVA por lo que la OPA supone en dilución de sus acciones, a pesar de que la operación no contempla más que el cambio de acciones. 9% de subida para Sabadell y 9% de bajada para BBVA.
Otras posibilidades, la llegada de un caballero blanco que compre el banco o que le ayude para su permanencia en solitario, aunque desde iBroker no lo son consideran en este caso, al menos en principio.
"Buscar un “caballero blanco”, algo difícil de conseguir ya que Banco Santander y Caixabank (que son las entidades en España que tienen una dimensión suficiente como para abordar una operación así), no parece que se puedan decidir a ello. CaixaBank sigue en proceso de digestión de la absorción de Bankia y Santander parece que está confortable con la presencia que tiene en España. Si bien podrían intentar atraer la atención de un banco extranjero (aprovechando que el regulador europeo del sector, el BCE, está por la labor de fusiones transfronterizas), no parece probable que se realice una operación así", destaca Antonio Castelo.
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