Economía

ACS compra activos de la alemana ABO Wind para engordar su filial renovable antes de la OPV

El grupo de construcción y servicios prepara la salida a Bolsa de Zero-E, la filial que agrupa sus activos de energías renovables con la que, además, entrará en el mercado de comercialización

ACS prosigue dando pasos hacia la salida a Bolsa de su filial renovable. El grupo de construcción y servicios ha engordado la cartera de Zero-E con la adquisición de activos eólicos a la alemana ABO Wind. En la actualidad, ACS cuenta con una potencia instalada  cercana a los 1.700 megawatios, de los que unos 900 están actualmente en las últimas fases de su desarrollo, que prevé incrementar de progresivamente, según anunció a sus accionistas en la junta que se celebró la pasada semana.

Con activos en nueve países, ABO Wind tiene presencia en España desde los comienzos de la presente década, con parques eólicos en Castilla-La Mancha, Andalucía y Castilla y León.

La operación se encuadra en la estrategia de ACS de crecer tanto con el desarrollo de la potencia que se adjudicó en la última subasta del Gobierno, en la que se adjudicó algo más de 1.500 MW de energía solar fotovoltaica como con adquisición de activos. En la citada junta, el consejero delegado del grupo, Marcelino Fernández Verdes, cuantificó en 8.000 MW el volumen de las oportunidades que ACS tiene identificadas con el objetivo de completar la cartera de Zero-E.

Cobra, cabecera del negocio energético de ACS, está ultimando el desarrollo de algo más de 900, repartidos en cinco proyectos cuya construcción está a punto de terminar. Y será la potencia instalada con la que arranque Eleia, su comercializadora eléctrica. De acuerdo con la presentación de su estrategia energética que ACS hizo a inversores y analistas a finales de abril en Madrid, al cierre de 2019 Eleia gestionará una capacidad de 950 megawatios, lo que convierte a Cobra en la clave para el arranque del proyecto.

Acudir al mercado

Una cifra que el grupo pretende elevar por encima de 2.200 megawatios en apenas tres años, lo que le obligará a acudir al mercado. De otra forma no sería posible cumplir con las ambiciosas metas de Eleia: lograr 100.000 clientes residenciales, 50.000 empresas y 100 grandes cuentas, para convertirse en uno de los 10 mayores comercializadores de electricidad del país, entre los cerca de 250 existentes en la actualidad.

Zero-E, que prevé triplicar su capacidad instalada en 2022, hasta 4.500 megawatios. En la actualidad, la filial de ACS tiene en carera 17 activos renovables, tanto en operación como en construcción, distribuida en nueve países y que abarca tecnologías como la eólica, tanto terrestre como marina, y la solar fotovoltaica. La compañía también dispone de 445 kilómetros de líneas de transmisión.

ACS repetirá la jugada de hace cuatro años, cuando sacó al mercado su filial Saeta Yield, que agrupaba sus activos de renovables, de la que solo conservó un 25% tras el salto al parqué. En este caso, la compañía mantendrá el control de Zero-E y hará de la energética una pata importante para su esquema de negocio, al calor del proceso de transición energética diseñado por el Gobierno, que prevé inversiones superiores a los 320.000 millones de euros (la mayoría del sector privado) para la próxima década.

Los ambiciosos planes de ACS pasan por facturar 95 millones de euros ya en el presente ejercicio y multiplicar por 12 esta cifra en 2025.

La estrategia del grupo en el sector energético se enmarca en el creciente empuje de las comercializadoras de pequeño y mediano tamaño, que cada vez captan mayor cuota de mercado, y en el papel fundamental que representan las renovables en los planes energéticos del Gobierno.

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