Los próximos meses se prevén intensos en lo que se refiere a licitación de obra pública, en especial referida a la red de alta velocidad. En este escenario, ACS ha optado por inyectar capital en Dragados, la sociedad cabecera de su negocio de construcción, que adquirió hace ahora quince años, a través de una ampliación valorada en algo más de 160 millones de euros.
La operación supone incrementar un 81% el capital de la compañía cuyo control tomó ACS en 2002, tras adquirir la participación de referencia en manos de Santander (en torno al 25%), y lanzar posteriormente una OPA para hacerse con la mayoría y proceder a integrar la empresa en el grupo de construcción y servicios que preside Florentino Pérez.
La inyección financiera por parte de ACS completa una puesta en valor de Dragados que se inició precisamente hace un año, con el aterrizaje de Marcelino Fernández Verdes en la compañía cotizada en calidad de consejero delegado. Precisamente, la dirección de Dragados fue el último cometido del actual número dos de ACS antes de que el grupo le destinara a hacerse cargo de su expansión internacional.
Tras su vuelta a ACS, Fernández Verdes reclutó casi de inmediato a Ángel Muriel, que había sido su director financiero en Cimic (filial australiana del grupo de la que el considerado como sucesor de Florentino Pérez aún es presidente no ejecutivo) y unos meses más tarde hizo lo propio con Adolfo Valderas, quien precisamente tomó en su día el relevo de Fernández Verdes como consejero delegado de la compañía oceánica.
Del Plan de Carreteras al AVE
El cometido de Valderas en su regreso a España ha sido tomar las riendas de Dragados, bajo la supervisión del consejero delegado de ACS. La inyección de capital culmina un proceso destinado a dejar a Dragados lista para el incremento de la licitación pública que se producirá en los próximos meses.
Las grandes constructoras han diseñado diferentes estrategias para intentar hacerse con los contratos del Plan de Carreteras que el Gobierno ha puesto al fin en marcha y que pondrá en juego, a través del sistema público-privado, unos 2.000 millones de euros en este ejercicio (de los 5.000 en que está valorado en total el programa).
Además, la red de alta velocidad ha vuelto a tomar protagonismo en la hoja de ruta del Ministerio de Fomento. Como avanzó Vozpópuli, a lo largo del segundo semestre prevé licitar más de un centenar de contratos relacionados con las diferentes líneas de AVE que están actualmente en desarrollo por un valor conjunto que supera los 4.500 millones de euros.
Un 15% del beneficio de ACS
El negocio de construcción aportó un 78% de la facturación total de ACS a cierre del ejercicio 2017. Sin embargo, la aportación de España a esta área es muy reducida ya que apenas supuso un 4,7% (1.280 millones de euros). El foco del grupo se centró en el exterior incluso antes de la llegada de la crisis. En 2006, la compañía se convirtió en accionista de referencia de la alemana Hochtief (de la que cinco años después tomó el control a través de una OPA). Estas operaciones dispararon la cifra de facturación y disminuyeron de forma notable la aportación de Dragados al negocio de construcción.
A ello también contribuyó el desplome de la licitación pública en España, aunque en los últimos ejercicios ha mostrado ciertos síntomas de recuperación. Todo parece indicar que esta tendencia alcista va a consolidarse en el futuro.
No en vano, Dragados cerró 2017 con un beneficio de 119 millones de euros, un 54% por encima del resultado obtenido en 2016. De este modo, la cabecera de construcción de ACS aportó casi el 15% de los beneficios totales del grupo en 2017.
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