Economía

ACS ve esfumarse un contrato de 1.800 millones en Canadá que tenía atado al ser el único oferente

El consorcio armado por el grupo español para optar a la construcción del tren ligero de Edmonton se quedó en solitario en la puja tras la retirada de los otros dos aspirantes. Sin embargo, esta circunstancia no le otorgará el contrato. Las autoridades locales han optado por reiniciar el proceso en busca de competencia para ACS

Contratiempo para ACS en Canadá, uno de los mercados en los que el grupo de construcción y servicios ha puesto el foco para su crecimiento. La compañía ha visto esfumarse, por el momento, un jugoso contrato en el país norteamericano que creía ganado de facto por el hecho de que su consorcio fue el único de los tres aspirantes que se mantuvo en pie en la fase final de la licitación por el tren ligero de Edmonton. Sin embargo, a última hora las autoridades locales optaron por reiniciar el proceso con el fin de que la del grupo español no sea la única propuesta sobre la mesa para adjudicar un contrato valorado en 2.600 millones de dólares canadienses (cerca de 1.800 millones de euros).

ACS lidera uno de los tres consorcios que llegaron a la fase definitiva de la licitación para ampliar la línea del tren ligero de Edmonton, capital de la provincia canadiense de Alberta y una de las principales urbes del país. Con su participada estadounidense Flatiron y su cabecera de construcción, Dragados, el grupo que preside Florentino Pérez fue uno de los elegidos para optar a la prolongación de 14 kilómetros de la infraestructura que cruza la ciudad.

Los otros dos fueron WestLink Group, liderado por el gigante canadiense SCN-Lavalin, y Urban Mobility Partners, con la francesa Eurovia a la cabeza. Sin embargo, poco antes de que la última fase del proceso de licitación llegara a su fin, el consorcio de ACS se quedó en solitario.

La notable reestructuración que está llevando a cabo SNC-Lavalin, a raíz de los problemas que enfrenta por las acusaciones de prácticas corruptas con diversos gobiernos de países africanos que pesan sobre la compañía, le ha llevado a adoptar una serie de medidas provisionales, entre las que se encuentran dejar en suspenso su participación en grandes licitaciones. Mientras, el consorcio Urban Mobility Partners también decidió retirarse de la puja por motivos estratégicos.

Más competencia

Tras conocerse ambas bajas, las autoridades locales tenían que decidir si adjudicaban directamente el contrato al consorcio de ACS o abrían un nuevo proceso para reclutar nuevas ofertas, que es por lo que finalmente ha optado. Según recoge la prensa local, el director gerente de la infraestructura, Bruce Ferguson, justificó la decisión por la conveniencia de que el proceso sea lo más competitivo posible, lo que sería imposible con una sola propuesta.

Ferguson también indicó que en las últimas semanas había recibido numerosas muestras de interés por participar en el proceso por parte de grupos que, finalmente, no habían podido estructurar un consorcio para optar al contrato por falta de tiempo. Esta circunstancia también ha influido para que las autoridades locales hayan decidido reabrir el proceso y recopilar nuevas ofertas, aun a costa de retrasar el inicio de las obras, que estaba previsto para la primavera del próximo año.

Un escenario que penaliza considerablemente a ACS, que tenía ya en su mano un contrato más que interesante tanto por el volumen como por el mercado en el que se licita. La situación actual no descarta al consorcio que lidera pero añade incertidumbre sobre el desenlace definitivo del proceso.

El grupo español ha centrado su estrategia en los mercados de EEUU y Canadá, en los que tiene identificados proyectos de infraestructuras por un valor superior a los 200.000 millones de euros.

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