Economía

Un acuerdo impulsado por Zapatero allana la entrada de STC en Telefónica

Establece las bases para la promoción y protección recíproca de las inversiones. STC Telecom se ha convertido en el accionista mayoritario del operador.

El operador de Arabia Saudi propiedad de la familia real del país, STC Group, ha estado en el centro de todas las miradas esta semana tras comprar el 9,9% de las acciones de Telefónica.

Una posición que la coloca como el accionista mayoritario de la compañía de telecomunicaciones dirigida por José María Álvarez-Pallete.

El Gobierno ya ha dicho que analizará la situación para determinar si interviene o no y reduce la participación de STC Group. Telefónica es una compañía considerada como crítica y Arabia Saudí es un país gobernado desde hace décadas por una dictadura teocrática.

Sin embargo, el anterior Gobierno del PSOE aprobó un acuerdo con el país para facilitar las inversiones entre ambos países. Fue durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, concretamente en 2004, y lo firmó José Montilla, entonces ministro de Industria, Turismo y Comercio.

El acuerdo, denominado 'Acuerdo entre el Reino de España y el Reino de Arabia Saudí para la promoción y protección recíproca de inversiones', fue firmado en Riad, capital de Arabia Saudí, hace casi veinte años, pero no entró en vigor hasta 2016, con Mariano Rajoy en el sillón presidencial. Fuentes consultadas por este diario aseguran que esta demora se debió a que este tipo de acuerdos deben ser supervisados por la Unión Europea, que establece modificaciones para que se ajuste a lo que dictamina la legislación del viejo continente.

El Artículo 2 del acuerdo establece que "cada Parte Contratante promoverá en su territorio, en la medida de lo posible, las inversiones de inversores de la otra Parte Contratante. Cada Parte Contratante admitirá dichas inversiones de conformidad con sus leyes y reglamentos".

Además, añade que "se concederá un tratamiento justo y equitativo y plena protección y seguridad en todo momento a las inversiones realizadas por inversores de una Parte Contratante en el territorio de la otra Parte Contratante. Ninguna de las Partes Contratantes obstaculizará en modo alguno, mediante medidas arbitrarias o discriminatorias, la gestión, mantenimiento, utilización, disfrute o enajenación de inversiones en su territorio de inversores de la otra Parte Contratante".

El acuerdo también se refiere al hecho de que una compañía pueda ser nacionalizada tras ser invertida por uno de los dos países. "Las inversiones de inversores de cualquiera de las Partes Contratantes en el territorio de la otra Parte Contratante no serán nacionalizadas, expropiadas ni sometidas a medidas de efecto equivalente a la nacionalización o expropiación (en adelante denominadas «expropiación») salvo por causa de utilidad pública, con arreglo al debido procedimiento legal, de manera no discriminatoria y mediante el pago de una indemnización pronta, adecuada y efectiva".

Las condiciones establecidas en el documento legal facilitan las operaciones como la que días atrás fue comunicada a la CNMV, y que ha convertido a STC en el primer accionista de Telefónica.

Con derecho a dos sillones en el consejo de Telefónica

STC Group es líder del sector de las telecomunicaciones en Arabia Saudí y tiene una estrategia a largo plazo en innovación, ciberseguridad y operaciones de compra y adquisición, además de en otras áreas. Está controlada por la familia real de Arabia Saudí y su base de clientes supera los 170 millones en 11 países de las regiones de Oriente Medio y Norte de África.

La participación con la que se ha hecho en Telefónica le da derecho a dos sillones en el consejo de administración de la corporación española. Con este movimiento ha desplazado al fondo BlackRock al segundo puesto por volumen de inversión en el operador.

Una operación que beneficiará a José María Álvarez-Pallete. BlackRock ha perdido el interés por Telefónica. Llevaba sin realizar movimientos desde 2020, hasta que a principios de este año se convirtió en la única empresa con posiciones cortas en el operador.

Además, no está contenta con la gestión de la compañía, atendiendo a las decisiones que ha tomado. La más evidente fue votar en contra de las remuneraciones de la cúpula directiva del operador el año pasado.

El hecho de que BlackRock sea norteamericana y STC de Arabia Saudí tiene más trascendencia de lo que parece. Arabia y EEUU son países manifiestamente enfrentados, y ninguno de los dos Gobiernos va a dejar que empresas contrarias remen en contra de sus intereses. El hecho de que STC vaya a estar casi por defecto contra los intereses de BlackRock beneficia a José María Álvarez-Pallete.

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