El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha informado este miércoles de que promoverá una revisión de sus protocolos para "reforzar y mejorar todos los controles" y que "no vuelva a repetirse" una situación como la de los vagones del tren descarrilado que terminaron en la ribera del río Sil en Carballeda de Valdeorras (Ourense).
La presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, ha visitado este miércoles la zona en la que se produjeron los hechos y, desde allí, lamentó lo sucedido y manifestó que comprende la "preocupación" generada como responsable del administrador ferroviario y también como "gallega que conoce el valor ambiental de la zona".
Un tren de mercancías descarriló, sin provocar heridos, el pasado 28 de julio en las inmediaciones de Sobradelo. Dentro de las labores para retirar los vagones de la zona, el 2 de agosto, unas máquinas empujaron dos de las estructuras, una de las cuales quedó volcada en el terraplén entre la vía y el Sil y otra terminó en las aguas del río. Varios vídeos que circularon por las redes sociales mostraban el momento.
Adif ha señalado que, tras lo sucedido, reforzará también los protocolos que tiene con el resto de operadores ferroviarios y que estudia proponer al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana una modificación normativa que suponga "un cambio en las condiciones en que los operadores ferroviarios prestan su servicio", de forma que sea "más respetuoso con el medio ambiente".
También estudia pedir que "exista una cobertura específica con un seguro de responsabilidad civil para daños ambientales" causados por operadores ferroviarios.
Impacto "mínimo" en el Sil
Una vez concluidas el lunes las tareas de retirada de los vagones de la zona, Pardo de Vera ha indicado que se ha comprobado que las cajas de grasa de los vagones no han sufrido daños, por lo que "no se ha producido ningún tipo de filtración al medio ambiente". En un comunicado, Adif ha agregado que el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil ha afirmado que "el impacto en el lecho fluvial ha sido mínimo".
La operación para sacar las estructuras de la zona se hizo de forma "satisfactoria" y con "todas las medidas necesarias de protección del medio ambiente y de prevención de riesgos laborales".
Adif terminó ya con las tareas de retirada de los vagones de la zona, una operación que se ejecutó "de forma satisfactoria" y en la que se adoptaron "todas las medidas necesarias de protección del medio ambiente y de prevención de riegos laborales". Ahora, el organismo está a la espera de la "verificación" por parte de las autoridades ambientales de esta operación.
Además, analizará y promoverá, con la supervisión y aprobación de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, las medidas de "restauración del entorno" para devolver la zona al "estado previo al descarrilamiento".
Investigación interna
Adif abrió también una investigación interna para conocer lo sucedido en las maniobras de encarrilamiento de 11 vagones del tren que descarriló y causó "importantes daños en la línea León-A Coruña". Las indagaciones siguen avanzando y "se están documentando todas las circunstancias que condujeron a la caída de los vagones".
Para encarrilar y retirar los vagones, ha insistido, "ha primado siempre la seguridad y la salud de los trabajadores, que podía verse comprometida por las condiciones de inestabilidad y por la situación en que se encontraba el material siniestrado".
En el operativo desarrollado en la última semana, en el que se han desguazado los vagones para facilitar su retirada, se emplearon medidas de protección ambiental como barreras de contención de residuos en el río y medidas para evitar incendios, ha dicho. Cuando Adif disponga de "todos los datos", ha agregado, determinará las responsabilidades pertinentes.
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