AENA acelera la preparación de su mayor activo, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para la transición energética. La compañía participada al 51% por el Estado licitará la construcción de una nueva central eléctrica para las terminales más antiguas de la infraestructura. La operación supondrá una inversión aproximada de 40 millones de euros y un significativo avance en términos de eficiencia energética, toda vez que la nueva instalación sustituirá a tres subestaciones actualmente en funcionamiento y que dejarán de operar por razones de antigüedad.
La maniobra complementa la estrategia energética del mayor aeropuerto español en el que a corto plazo se instalará una planta fotovoltaica que permitirá el autoconsumo de las nuevas terminales de Barajas (T4 y T4 Satélite) y que se unirá a la planta de cogeneración de alta eficiencia que ya presta servicio en la actualidad.
La construcción de la nueva central eléctrica permitirá la centralización del equipamiento y dotará al aeropuerto de una planta capaz de recibir varias acometidas y distribuir diversas líneas para alimentar los diferentes centros de transformación de los edificios que componen las terminales 1, 2 y 3. El contrato que prevé licitar AENA para la construcción de la nueva central, que ocupará un espacio próximo a los 10.000 metros cuadrados, contempla un plazo para la ejecución de las obras de cuatro años.
Para entonces ya estará en funcionamiento la nueva planta fotovoltaica que Barajas destinará al suministro de energía de las nuevas terminales en la modalidad de autoconsumo. La instalación se extenderá a lo largo de 22 hectáreas.
La estrategia del Gobierno
El pasado mes de febrero, el consejo de administración de la compañía aprobó un plan relacionado con las energías renovables, con el objetivo de alcanzar un 70% de autoabastecimiento a partir de energía solar. Un proyecto que situará a AENA a la cabeza del autoconsumo aeroportuario europeo, con una producción de aproximadamente 650 kilowatios/hora.
La estrategia de AENA se enmarca en las actuaciones desarrolladas por el Ministerio de Transición Ecológica, cuyo Plan Integrado de Energía y Clima (PIEC) refleja ambiciosos objetivos para España tanto en el incremento de las renovables como en la reducción de gases contaminantes para cumplir con los compromisos medioambientales del Acuerdo de París.
Además, el Gobierno aprobó a comienzos de mes el esperado Real Decreto que regula la actividad del autoconsumo, a la que ya había dado impulso en el último tramo del pasado año con la retirada del denominado "impuesto al sol". El Ejecutivo ha hecho especial hincapié en que las empresas públicas se sitúen a la cabeza de la transición energética, con AENA y Adif claramente a la cabeza.
Uno de los objetivos marcados por los gestores de la compañía consiste en conseguir que los dos principales aeropuertos españoles, Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, sean neutros en carbono en el año 2030, el último de vigencia del PIEC.
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