La flota española pesquera no ha parado de menguar en los últimos años. Lejos quedan los 22.000 buques nacionales que faenaban hace 35 años. El año pasado sólo había censados 8.732 pesqueros. Una buena parte de los navíos que se dieron de baja en ese tiempo terminaron en el desguace. Otros, en menor cantidad, rumbo a otros caladeros más rentables. Se trata, en cualquier caso, de una señal de que las cosas no van bien para el sector.
"Hay gente a la que no le queda más remedio que desguazar el barco porque no aguanta más; no hay relevo generacional, hay hartazgo de las políticas de la Unión Europea, hay frustración y cabreo porque no salen los números". Así resume Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), algunos de los frentes del sector pesquero español. "La situación actual es muy compleja", lamenta. A la reducción de flota también se unen otros problemas como la falta de relevo generacional, la crisis del gasóleo y el recorte a determinadas artes de pesca en aguas comunitarias -como el que entrará en vigor el domingo-.
Hace tiempo que el sector viene alertando del problema que se encuentra a la hora de contratar personal. El oficio no es atractivo para muchos jóvenes que siguen pensando que las condiciones son muy duras. A esta falta de interés, se une la del recorte del número de trabajadores asociados a la pesca marítima por las continuas bajas de barcos en los últimos años. Según el informe de CEPESCA sobre el sector pesquero español de 2022, esta tendencia laboral a la baja se mantiene desde 2010. En 2017 había más de 35.600 trabajadores asociados a la pesca, mientras que en 2020 la cifra cayó hasta los 31.000 empleados. Estos puestos representaron aquel año el 20% del empleo pesquero de la Unión Europea y apenas un 0,3% de la tasa total de empleo en España, según el informe.
A todo ello hay que añadir en los últimos meses la escalada de los precios de los carburantes. El litro de gasóleo marítimo se ha incrementado un 380 por ciento desde mayo de 2020, según la patronal. Esta semana, los precios se movían para el Mediterráneo entre los 0,8 y los 0,9 céntimos. Todo ello, a pesar de la rebaja de 20 céntimos aplicada por el Gobierno. Llenar el depósito de un buque es una de las grandes inversiones que tiene que asumir el propietario. Los barcos más pequeños, de apenas 12 metros de longitud, cuentan con un depósito de 250 litros. Pero los grandes atuneros pueden albergar tanques con capacidad de entre 500.000 y 800.000 euros.
La flota española se reduce un 8% en 5 años
El fenómeno del recorte de la flota pesquera comenzó hace décadas, tras la entrada de España en la Unión Europea en 1986. En los primeros años, el descenso de barcos en todas las artes fue más brusco. Años después, según el análisis de CEPESCA, la "tendencia a la baja" se mantuvo. En los últimos cinco años se ha reducido el número de buques en un 8 por ciento, mientras que la capacidad de bodega y la potencia se han rebajado un 6 por ciento. A pesar de que la edad media de la flota española es de 31 años, todavía existen más de 2.700 barcos que superan los 40. De los barcos censados en 2021, el 95 por ciento está repartido en cuatro zonas de pesca: Cantábrico y Noroeste, Mediterráneo, Golfo de Cádiz y Canarias.
Cuando el barco no es rentable, mantenerlo parado en un puerto tampoco es la mejor solución. "El atraco te lo cobran, tienes que tenerlo asegurado (…), el propio mantenimiento implica encender el motor del buque para que fluctúe con ellos todo el líquido", explica Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías. Una buena parte de los barcos que se han dado de baja terminaron en el desguace. A día de hoy, explica Garat, el "mayor activo" para de un pesquero son sus cuotas de mercado asignadas. El armador las vende y desguaza el navío. Hasta hace poco, el Gobierno español ofrecía una serie de ayudas para el desguace. Cuando el armador se acogía a estas ayudas, su cuota pasaba a manos del Estado, que la subastaba de forma proporcionada. También hay algunos casos de propietarios que exportan sus buques a otros países donde no existe la misma presión reglamentaria.
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