La mejor noticia que el viernes recibieron los consejeros delegados de los tres bancos que presentaban las cuentas de los nueves primeros meses del año (BBVA, Caixabank y Banco Sabadell) no llegó de sus balances sino de la mano del Instituto Nacional de Estadística, con la publicación del avance de la contabilidad nacional del tercer trimestre. El PIB creció entre julio y septiembre un 16,7% en relación con el trimestre anterior, lo que permite a España salir técnicamente de la recesión económica y a los bancos albergar la esperanza de que las cosas solo pueden ir a mejor.
Y es que los tres bancos que dieron a conocer sus cifras del periodo enero y septiembre confirmaron el principal problema del sector en estos momentos: el deterioro de la rentabilidad que, aunque no se ha traducido en ningún caso en una reducción de la solvencia de las entidades financieras, amenaza con perpetuar los recortes de gastos ante la dificultad de hacer negocio con tipo de interés cero y euríbor en negativo.
A falta de que Unicaja presente sus cuentas el próximo martes, los informes del tercer trimestre dejan claro que la rentabilidad bancaria se ha desplomado en los últimos doce meses. En Banco Santander, el ROE (rentabilidad sobre los recursos propios, que se utiliza para medir los beneficios obtenidos de los recursos de los accionistas) ha bajado del 8,39% de septiembre de 2019 al 5,32% este año.
Y ello, a pesar de tomar como referencia los resultados ordinarios, sin provisiones excepcionales, que este año han hecho estragos en la cuenta de resultados. Porque, en ese caso, la rentabilidad del banco que preside Ana Botín en los nueve primeros meses de este año sería negativa (-8,54%) frente a un 5,90% de 2019. El banco ha presentado pérdidas de 9,08 millones, que sin ajustes extraordinarios cambiaría a 3.68 millones de beneficio. Por suerte, el dato del tercer trimestre ha vuelto a signo positivo y a unos niveles de otros ejercicio: el 8,54%.
El BBVA no mejora
En BBVA la situación no mejora en exceso. El ROE ha pasado del 10,1% al 6,1% en apenas doce meses, lo que supone una caída del 39,6%, aunque para los tiempos que corren puede ser un ejemplo. Lo mejor es que entre julio y septiembre la rentabilidad ha mejorado el nivel del periodo abril-junio: 6,1% frente a 4,1%.
Caixabank, que en unos meses se convertirá en el principal banco en España, también ha acusado los altibajos de la actividad económica. Su rentabilidad ha bajado del 6,4% a cierre de 2019, al actual 4,2%. Su socio de fusión, Bankia, lo está pasando algo peor. Su rentabilidad ha caído del 6% al 1,9% desde septiembre de 2019, lo que supone un desplome del 68%.
El principal reto del sector bancario es mejorar la rentabilidad del sector bancario que conjuga unos tipos de interés casi nulos con la incertidumbre económica derivada de la evolución de la pandemia. Esta misma semana, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, realizó una reflexión sobre el que considera “uno de los principales retos bancario a corto, medio y largo plazo: la baja rentabilidad del sector bancario, que era ya reducida antes de la crisis del coronavirus en buena parte de los países europeos y sobre la que la crisis actual generará un presión adicional”.
Según datos de la European Banking Authority (EBA), la rentabilidad media sobre recursos propios en la Europa de los 27 y el Espacio Económico Europeo era en junio de este año, en el peor momento de la pandemia, del 2,6%, aunque había importantes diferencias entre Eslovenia (20%) o Rumanía (12%) y países como Malta, Grecia, Chipre, Irlanda, España o Reino Unido que obtenían rentabilidades negativas. La media ponderada era del 0,5% en junio, cuando en el mismo mes de 2019 ascendía al 7%. Para las grandes entidades, la rentabilidad estaba próxima al 0%, mientras para las pequeñas se situaba en el entorno del 5%.
Banco Sabadell, la quinta entidad española por tamaño, obtuvo un beneficio de 203 millones de euros hasta septiembre con una ROE del 1,49%. Un año antes era del 6,92%. Liberbank, que ganó 59 millones en los nueve primeros meses del año, presenta una rentabilidad del 1,46%, frente al 3,92% de 2019.
Fuentes bancarias señalan que los datos de estos últimos trimestres no pueden extrapolarse a futuro, porque la situación sanitaria no va a estar siempre paralizando la actividad económica mundial. El desplome del segundo trimestre, con el país en estado de alarma, va a pesar mucho sobre la media del conjunto del año, pero no va a perpetuarse.
La excepción de Bankinter
La excepción a estos números está en Bankinter. El banco que dirige María Dolores Dancausa ha ganado en los nueve primeros meses de 2020, más de 220 millones de euros, la mitad que en el mismo periodo del año anterior, pero ha mantenido la rentabilidad más alta del sector, el 7,1%, muy inferior, no obstante, al 12,64% de septiembre de 2019.
Pablo Hernández de Cos cree que para afrontar el reto de elevar la rentabilidad resulta fundamental que los bancos sigan ganando en eficiencia, reduciendo costes y utilizando más intensivamente las nuevas tecnologías. Y vuelve a referirse a las fusiones: “Los procesos de consolidación del sector podrían ser un instrumento útil para lograr este objetivo”.
La meta del sector bancario en estos momentos difíciles es situar el ROE entre el 4 y 6%, aunque lo razonable es que el dato esté siempre por encima del coste del capital, fijado en la actualidad en el 8%, para poder acompañar la recuperación económica. “Si la economía sigue creciendo en los próximos trimestres, el ROE se recuperará”, concluyen fuentes bancarias.
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