Alemania y Francia han dado un golpe encima de la mesa y han tomado las riendas de la negociación de las reglas fiscales de la UE, que además van a dirimir de manera bilateral. Ha sido el anuncio que han hecho sus ministros de Finanzas, Christian Lindner y Bruno Le Maire, respectivamente, a su llegada al Ecofin que se ha celebrado en Luxemburgo este martes. Tanto Lindner como Le Maire han apelado al pragmatismo, a que el eje francoalemán es quien lleva de facto las negociaciones, pero ha sorprendido el que se haga explícito y la manera de escenificarlo, en lo que puede entenderse como un ninguneo a la Presidencia española de la UE y a la propia Comisión Europea, que se ha apresurado a alabar el trabajo de Nadia Calviño.
El anuncio del concierto se produce en un momento delicado para las tres partes, cuando además del expediente de las reglas fiscales, el más importante que gestiona el Gobierno español como presidente de turno, están en juego una silla y una sede: la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a la que concurre Calviño y que todavía no ha conseguido el aval ni de Alemania ni de Francia, y las candidaturas de Madrid y París a albergar la Agencia Antiblanqueo de la UE (AMLA). El sí de Alemania se presupone aunque no lo ha explicitado y Francia se inclina por rechazarla.
El puenteo a Calviño llega un año más tarde de que la Comisión Europea presentara su propuesta de reglas fiscales y tres meses después de que España hiciera lo propio, y a poco más de dos meses de que acabe el año, en principio, el tope para la aprobación del nuevo marco de estabilidad, sin que las posiciones que han explicitado este martes Lindner y Le Maire muestren progresos.
Los Ecofines se suceden sin que haya avances en la negociación de las reglas fiscales ni en la de las elecciones al BEI. El que se celebró en Santiago de Compostela los pasados 15 y 16 de septiembre era en el que algunos incluso pensaban que se iba a conseguir un avance definitivo en las reglas fiscales y del que iba a salir el futuro presidente del Banco Multilateral. No hubo progreso en las reglas fiscales y en esa cita sólo se constató la enorme expectación y competencia que ha generado la contienda por el BEI.
Fuentes comunitarias apuntaban a que de nuevo podría quedar la elección pendiente esta semana, como así ha sido. De hecho, Calviño destacó este lunes que los comicios al BEI ni siquiera se iban a discutir ahora.
Sobre las reglas, la vicepresidenta primera ya advirtió de que en todo caso se intentará que haya una propuesta legislativa para el próximo Ecofin del 9 de noviembre. Precisamente al día siguiente, el 10 de noviembre, vence el plazo para presentar candidaturas a ser la sede de AMLA. París ha anunciado que va a presentarla. El Gobierno español todavía no lo ha hecho en nombre de Madrid a pesar de que el Ayuntamiento ha forzado este lunes una presentación oficial, y se prevé que en todo caso apure el plazo en una guerra de nervios con Francia con el BEI y AMLA en juego, según ha avanzado Vozpópuli.
Le Maire ha llegado el primero este martes al Ecofin y ha propuesto continuar avanzando "de la mano" con Alemania para cerrar un acuerdo bilateral que pueda servir de base al pacto global de los Veintisiete porque, según ha incidido, "todo el mundo sabe que las nuevas reglas pasan por un acuerdo francoalemán".
Le Maire ha apremiado a llegar a un acuerdo "rápidamente" porque considera que está en juego la "credibilidad" de la UE, con los primeros "avances concretos" en la reunión del próximo 9 de noviembre y la conclusión de un pacto para finales de 2023.
A su vez, Lindner ha apuntado que "las iniciativas francoalemanas suelen ser aceptables para muchos Estados miembros". "Combinamos los mismos valores y el mismo compromiso por la unidad europea con diferentes perspectivas sobre los detalles", ha señalado.
Pocos avances
De momento, las posturas se han movido poco. Mientras Le Maire propone centrarse en la sostenibilidad de la deuda teniendo en cuenta las diferentes situaciones de los países como "punto de partida", en línea con el planteamiento de la Comisión, Lindner cree que "no es creíble que se reduzcan los niveles de deuda sin un déficit anual sostenible".
Su sugerencia pasa por un "margen de seguridad" para el déficit anual más allá de la referencia del 3% respecto al PIB. "Tenemos que encontrar la manera de combinar este punto de referencia para el déficit y la salvaguardia para el desarrollo de la deuda pública y cómo combinarlos de una manera en la que todos estemos de acuerdo".
Preguntada por esta declaración de intenciones bilateral, Calviño ha asegurado que "apoya y alienta" todos los intercambios que puedan aportar un "enfoque constructivo" que permita llegar a un acuerdo antes de que acabe el año.
Fuentes diplomáticas han trasladado a Europa Press que no temen "perder el control" de la negociación al ceder las riendas del debate a Berlín y París, ya que la Presidencia española del Consejo mantiene un contacto "constante y continuo" con ambos países tanto de forma bilateral como en otro tipo de formaciones "más o menos ampliadas".
"Estamos firmemente decididos a llegar a un acuerdo antes de que acabe de año, un mensaje ampliamente compartido por todos los ministros en la mesa", ha zanjado Calviño cuestionada con insistencia por los retrasos, y ha asegurado que los trabajos se "intensificarán" con el fin de "tender puentes y encontrar las condiciones necesarias para el acuerdo".
Tampoco hay consenso sobre la regla de oro
El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, ha afirmado estar escuchando "atentamente el debate" y estar "abierto" a discutir opciones como la de excluir ciertas categorías de gasto del cálculo de déficit, aunque considera que "no hay casi consenso sobre la llamada regla de oro".
Le Maire ha abogado por que se permitan inversiones en transición energética y en defensa, un posición que planteó España desde el principio y que también plantea Italia, pero que Alemania no comparte.
En enero de 2022, Pedro Sánchez, aprovechó la visita a Madrid del canciller alemán Olaf Scholz para intentar acercar posturas con el socialdemócrata. Sánchez se mostró favorable a la idea de establecer una "regla de oro" para excluir del cómputo del déficit las inversiones verdes y digitales.
Scholz, coaligado con los Verdes, suponía una baza importante para Pedro Sánchez, que intentó hacer valer su propuesta de que las inversiones verdes no computen, pero el canciller se mostró firme en la ortodoxia en la rueda de prensa conjunta. Una línea que sigue con al menos la misma firmeza el liberal Lindner.
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