Economía

Alemania se inclina por rechazar a Calviño para el BEI por el polémico intento de colocar a su marido

La candidatura de Calviño levanta suspicacias entre los Liberales en el gobierno de coalición por ser designada por un presidente en funciones y por la controversia de su marido

En 2020, Nadia Calviño perdió la Presidencia del Eurogrupo en el último minuto a pesar de que tenía el apoyo de Alemania y Francia. Ahora la vicepresidenta primera en funciones asegura que tiene muchas posibilidades de ser elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), pero el apoyo de Alemania está en entredicho. Calviño ha emprendido esta semana una gira de promoción personal en Berlín y París para una candidatura que ha levantado dudas y suspicacias en Alemania, según ha podido saber Vozpópuli. El polémico intento de Calviño de colocar a su marido, Ignacio Manrique de Lara, en Patrimonio Nacional, que preside su ex número dos, en un alto cargo de nueva creación a su medida es una de las principales.

Son varios los asuntos que han llamado la atención en Berlín. Por una parte, el que la candidatura la haya promovido Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en funciones, lo que se entiende que sobrepasa sus capacidades. Fue el 11 de agosto cuando se conoció que España presentaba su candidatura, que Calviño planteó al día siguiente en declaraciones a los medios en Cádiz que se gestó en conversaciones con Sánchez tras las elecciones generales del 23J, esto es, tras entrar en funciones el 24 de julio.

"Dado el calibre del resto de competidores, el presidente Sánchez y yo vimos claramente en nuestros contactos informales tras las elecciones, que solamente una candidatura con mi nombre tenía las máximas opciones para prosperar", manifestó Calviño. "Cualquier otro candidato o perfil hubiera sido dar la batalla por perdida", aseguró.

El Gobierno declaró antes de las elecciones que pretendía que España concurriera al BEI, lo que no era obligatorio, pero no desveló con qué candidatura. De hecho, Calviño parecía descartarse a sí misma. "Estoy absolutamente comprometida con el proyecto que lidera Pedro Sánchez […] España tiene personas con un extraordinario talento y, por supuesto, presentaremos en tiempo y forma a un candidato óptimo para presidir el Banco Europeo de Inversiones", dijo el 15 de junio, con el Gobierno todavía en plenas facultades, pero ya en precampaña electoral.

El Partido Liberal alemán (FDP), que preside precisamente el ministro de Finanzas, Christian Lindner, ha planteado que le parece extraño que se promueva una candidatura en funciones, y respecto a la candidata en sí, ha mostrado reticencias de que concurra después de que se desvelara su intento de colocar a dedo a su marido. Así lo refrenda Adrián Vázquez, jefe de la delegación de Ciudadanos en la Eurocámara, que traslada a Vozpópuli que sus compañeros Liberales alemanes se pusieron en contacto con su formación cuando se conoció la candidatura de Calviño y que le plantearon estas cuestiones.

Vázquez no oculta la confianza de los Liberales europeos en la candidatura de Margrethe Vestager, que ven como favorita.

También ha sorprendido a sus homólogos en el Gobierno de coalición alemán que no se haya consultado al PP ni al Congreso, lo que en Alemania sería de dudosa legalidad.

En Bruselas se percibe de manera más positiva una candidatura como la de Calviño, presentada por un gobierno en funciones, si éste tiene posibilidades de gobernar, como asegura el PSOE que tiene, que si no las tuviera. Pero no es bien vista en todo caso una candidatura planteada en funciones y tampoco el que se pueda usar la Presidencia española de la UE como plataforma de la misma.

A veinte días de que se produzca la votación para la Presidencia del BEI en el cónclave de ministros de Finanzas en Santiago de Compostela el 16 y 17 de septiembre, Calviño ha inaugurado este lunes una gira de promoción de su candidatura en las dos plazas fuertes de la UE: Alemania y Francia. El tour, que se prevé que siga en otras capitales, se percibe como una campaña personal por fuentes consultadas en Bruselas.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos en Funciones ciñen el objeto de las visitas a la Presidencia española de la UE y a los expedientes que hay en curso.

Las elecciones, el peaje de Sánchez a Calviño

Antes de las elecciones, algunos observadores daban por descontado que Calviño se postularía si no salía un vencedor con posibilidades de gobernar y que buscaría que el PP la promoviera si Alberto Núñez Feijóo ganaba con claridad.

La sorpresa es que la candidatura se ha hecho oficial cuando el PSOE se presenta a sí mismo como única posibilidad de gobierno. Calviño dice verse con muchas papeletas, y aunque asegura que no interfiere con la Vicepresidencia Económica, sus planes sitúan la Dirección económica del Gobierno como un segundo plato si reedita el fracaso que obtuvo cuando se presentó para presidir el Eurogrupo y con la retirada de su candidatura para dirigir el FMI.

De hecho, como ha publicado este periódico, su candidatura emerge como el precio que se ha cobrado por su extraña implicación en la campaña del 23-J, participando como la que más sin ser del PSOE ni figurar en las listas. El peaje que Pedro Sánchez hizo pagar a Calviño por su futuro en el BEI fueron las elecciones.

La victoria en la que dice confiar implica que el PSOE se queda sin dirección económica y que si Pedro Sánchez logra ser investido, lo que no ocurrirá la menos hasta noviembre, y mantiene el plan que asegura Calviño de ser vicepresidenta hasta que se incorpore al BEI en enero, en todo caso estaría en el puesto un mes escaso.

La plataforma de la Presidencia de la UE

Como ministra de Economía de la Presidencia de la UE, Calviño tiene una labor de mediación en importantes expedientes pendientes como el de la propuesta de la Comisión Europea a la vuelta de las reglas fiscales, en el que Alemania y Lindner en particular se ha señalado con una postura de ortodoxia estricta, alejada de la de España y Francia.

Pero hay más proyectos polémicos en curso, como los relativos a la creación de una tasa fija para multinacionales en la UE que no es del gusto de países con gobiernos conservadores ni con políticas de impuestos bajos. En estos asuntos, España se sitúa alineada con Francia, la otra plaza que acaba de visitar Calviño. Pero en lo que respecta al BEI, hay otros factores que no aseguran el voto galo, como es el interés de París de que el Banco promueva inversiones en nucleares, un terreno en el que la vicepresidenta española se ha significado en contra.

Además de Vestager, Calviño tiene como segundo rival fuerte a Daniele Franco, prestigioso ministro de Finanzas de Draghi y ex director general del Banco de Italia, que tendrá el apoyo de Meloni y que podría atraer a países conservadores. Se da por descontado que el resto de candidatos, la polaca Teresa Czerwinska, vicepresidenta del BEI y ex ministra de Finanzas de Polonia entre 2018 y 2019, y el sueco Thomas Ostros, también vicepresidente del BEI, no son oponentes a temer.

Traje a medida de su marido

El pasado diciembre estalló el escándalo sobre el marido de Calviño, cuando El Mundo avanzó que Patrimonio Nacional le había designado coordinador de Estrategia Comercial y de Márketing, un puesto de alta dirección de nueva creación.

En pleno puente de la Constitución, la empresa pública que preside Ana de la Cueva, ex número dos de Calviño, colgó en su web que había finalizado el proceso de selección para la plaza en cuestión, y que el elegido era Manrique de Lara, cuya concurrencia no era pública.

Vozpópuli desveló que la convocatoria y el puesto eran un auténtico traje a medida. Los méritos que exigía la convocatoria calcaban el currículum del marido de Calviño. Las bases que exigía la empresa pública replicaban las habilidades que Manrique de Lara se atribuye. El puesto para el que se le había designado es lo suficientemente amplio para que las aptitudes que Manrique de Lara pudieran acercarse a los requisitos que pide Patrimonio Nacional, pero llamaba la atención cómo la convocatoria seguía los puntos de su currículum con frases y conceptos similares o idénticos.

El puesto vio la luz en el portal de empleo público de Patrimonio Nacional el 21 de septiembre, pero, a diferencia del resto de procesos de contratación que podían consultarse en el mismo periodo, no se proporcionó ningún detalle sobre los candidatos, los pasos que se seguían ni sobre sus calificaciones.

Los abogados del Estado a los que ha consultado Vozpópuli se inclinaban por que se había seguido un proceso que en principio no planteaba ilegalidad desde el punto de vista administrativo, pero que podía cuestionarse desde el punto de vista ético y estético. Se trata de un puesto de alta dirección con un sueldo bruto de más de 84.000 euros, a un año de las elecciones generales, para el marido de la vicepresidenta primera del Gobierno, y en una empresa pública que dirige su ex número dos. Y apuntaban precisamente al traje a medida como el asunto a alegar en un recurso.

No hubo necesidad. Horas antes de Nochebuena, Manrique de Lara renunció al puesto.

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