La pandemia del coronavirus ha supuesto un duro golpe para los alquileres turísticos y de corto plazo debido a las restricciones de movilidad impuestas.
Esto ha tenido un impacto directo en el mercado residencial, provocando que se haya disparado la oferta de viviendas en renta.
En septiembre, la oferta de pisos en renta se incrementó un 53% respecto al mismo mes del año pasado, hasta alcanzar las 134.000 viviendas en el mercado, según el informe 'Mercado del alquiler en España 2020', elaborado por Servihábitat, publicado por 'El Confidencial'.
El estudio señala que "esta tendencia no era la que estaba prevista, sino que se esperaba una moderación, pero el covid-19 ha cambiado la situación de manera brusca y el volumen de vivienda en alquiler pasa de representar algo más del 10% de las que se encuentran en venta al 16,4% en septiembre".
Madrid encabeza la lista con un parque de 29.360 viviendas en oferta en número absolutos pero en términos relativos son Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Andalucía las comunidades con una oferta en alquiler superior a la media, según Servihabitat.
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Caída del modelo Airbnb
Otro dato destacable que ilustra el impacto que ha tenido la caída del modelo Airbnb es que el volumen de oferta en alquiler se sitúa ya en 7,2 por cada 1.000 hogares, frente a los 4,7 de hace apenas 12 meses.
Este incremento se debe al "trasvase de propiedades turísticas de alquiler a corto plazo al mercado residencial o en el cambio de venta a alquiler de propietarios que no consiguen alcanzar sus expectativas de precio", señala el informe.
Este fuerte crecimiento de la oferta está impactando con fuerza en el tiempo que se tarda en alquilar una vivienda, ya que los potenciales inquilinos pueden ampliar su búsqueda, y dilatar así su decisión, convencidos de que con el tiempo conseguirán encontrar mejores condiciones. A esto se une que los propietarios son cada vez más cautos a la hora de seleccionar al futuro ocupante de su vivienda por la incertidumbre económica.
Aumenta el tiempo de cerrar un acuerdo con el inquilino
La suma de estos dos factores ha hecho que el tiempo promedio que se tarda en alquilar una vivienda haya alcanzado los 58 días (1,93 meses), casi 10 días más que hace un año (1,64 meses), pero todavía lejos de los 64 días que se tardaba en 2017.
El informe destaca también que "los precios no han bajado en el tercer trimestre tanto como se esperaba ante la situación de crisis, lo que ha dilatado los plazos de comercialización de los arrendamientos".
Ajustes en la compra de viviendas
En la compra de viviendas es donde sí se han detectado ya ajustes de precios, donde hay una tendencia a la baja, al haberse alcanzado en septiembre niveles récord de rentabilidad.
La rentabilidad anual bruta media para una vivienda en alquiler en España está en un 6,8%, más de un punto superior a la registrada en los últimos dos años (5,7% y 5,6% en 2019 y 2018, respectivamente).
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