La creación del nuevo Ministerio de Energía y el estreno de su titular, Álvaro Nadal, como ministro vendrá acompañada, con casi toda seguridad, de una subida de los precios de la luz. Al menos, así invita a pensar la evolución de los precios en el mercado mayorista, desbocados desde comienzos de octubre debido a una serie de circunstancias entre las que se encuentras factores climatológicos y también la crisis nuclear que vive Francia. En las últimas cinco semanas, los precios del denominado ‘pool’ se han disparado un 36%.
El mercado viene de una situación excepcional como la que se dio a comienzos de año, cuando los precios mayoristas estaban en el entorno de los 27 megawatios/hora, una cifra anormalmente baja, que se explicaba principalmente por las condiciones climatológicas. Las abundantes lluvias hicieron que la energía hidráulica tuviera más peso en el ‘pool’ en detrimento de fuentes más caras. Al mismo tiempo, el hecho de que las temperaturas no bajaran excesivamente durante el invierno hizo que la demanda de electricidad no fuera tan elevada como en años anteriores.
Sin embargo, las circunstancias han variado radicalmente. La ausencia de lluvias en los últimos meses y, especialmente, de viento, ha elevado la necesidad de echar mano de energías más caras, como la térmica, el carbón y la proporcionada por los ciclos combinados.
Y a la hora de tirar de una fuente tradicionalmente barata como la nuclear ha aparecido un problema añadido relacionado con Francia. En el país vecino, cinco centrales nucleares están detenidas en estos momentos por determinados problemas y necesidades de revisiones. Pero todo indica que esta situación se prolongará en el tiempo. Fuentes del sector apuntan a que, en los próximos meses, al menos otras seis instalaciones nucleares francesas correrán la misma suerte.
Un problema francés
Esta circunstancia se traduce en dos consecuencias: por un lado, la compra de energía a Francia a través de la interconexión entre los dos países se encarece debido al recorte de oferta. Por el otro, las compañías galas acuden al mercado español para cubrir el déficit de energía provocado por el problema nuclear, lo que también contribuye a que los precios mayoristas se incrementen, como consecuencia de la subida de la demanda.
Así, tras una estabilización del ‘pool’ en el segundo trimestre, en el entorno de los 45 euros por megawatio/hora, los precios se han disparado hasta superar con holgura la barrera de los 60.
Un escenario que, además, parece que se mantendrá en los próximos meses. El pasado miércoles, el consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca, aseguró durante la conferencia con analistas para presentar los resultados de la compañía en el tercer semestre que las operaciones a futuro llevadas a cabo por la empresa permiten pronosticar una subida de los precios del ‘pool’ a medio plazo. Eso sí, el ejecutivo calificó esta tendencia como “moderada”.
Tendencia al alza a medio plazo
Otros operadores han confirmado que las señales que ofrece el mercado apuntan al alza de los precios en el mercado mayorista, lo que cada vez complica más que esta circunstancia no se traslade a la factura. A comienzos de año, se dio la circunstancia contraria, con una apreciable bajada de precios a la que también contribuyó el desplome del petróleo.
El precio del crudo no termina de remontar pero, desde luego, ya está muy alejado a las cotas de 28 dólares por barril que marcó, hasta el punto de que en las últimas semanas ha llegado a superar los 50 dólares. Esta situación del mercado energético será uno de los primeros retos que deberá asumir el nuevo Ministerio de Energía.
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