Economía

Ana Patricia tendrá que consolidar su presidencia con cambios en el Consejo y un liderazgo menos personalista

El cambio en la presidencia del Santander abre un futuro de más consenso entre la nueva presidenta y sus accionistas de referencia, los grandes fondos internacionales. Algunos de ellos reclaman ya que la entidad traslade el rejuvenecimiento de la segunda línea, efectuada desde la llegada de Javier Marín, a los consejeros. Sin embargo, Ana Patricia nunca ha creado terremetos en sus desembarcos en Banesto y Santander UK. Los dos próximos años serán claves para determinar el futuro de Ana Patricia al frente del grupo de Boadilla.

La elección de Javier Marín, como sustituto de Alfredo Sáenz, fue el primer guiño de Emilio Botín de por dónde iría su sucesión. El actual CEO del Santander estaba tan ligado al fallecido banquero ( fue su secretario personal durante varios años) como tiene la confianza de Ana Patricia, la nueva presidente del Santander. Incluso, tanto en el sector, como incluso dentro de Boadilla, hay quienes sostienen que fue un nombramiento consesuado entre padre e hija.

Marín inició la renovación generacional dentro del grupo con cambios en los puestos de dirección más relevantes del banco. Los García Cantera, San Félix, Cepeda o Guitard, todos ellos afínes a Marín, por ende a Ana Patricia, han ido tupiendo una nueva red en la segunda fila de responsabilidad del grupo. Incluso Javier San Félix, actual responsable de Banca Comercial y último CEO de Banesto, suena como el posible sustituto de Ana Patricia en Santander UK. El nombre del nuevo responsable en Londres se decidirá en las próximas horas, según confirman fuentes de la entidad, que no se pronunciaron sobre la posible candidatura de San Félix.

"Ahora toca que Ana Patricia traslade ese relevo generacional al Consejo del Santander", se pedía este mismo miércoles entre algunos accionistas significativos del Santander consultados por Vozpópuli. Según datos de la agencia Bloomberg, el fondo con una mayor participación en el accionariado de Santander es BNP Paribas, con un 2,65% de las acciones, seguido del el estadounidense BlackRock, que posee un 2,24% del capital del banco, participación que superó el 4%, según la CNMV. Tras las mencionadas la siguiente firma con un mayor peso en el capital del banco es Vanguard Group, que cuenta con un 1,75% de las acciones de Santander. La participación de Norges Bank, el fondo soberano de pensiones noruego, asciende al 1,61% y la de Capital Group al 1,2%.

Ya por debajo del 1% de las acciones, según datos de Bloomberg, estarían Deutsche Bank, UBS, Credit Agricole o Credit Suisse entre otros. Según datos de la entidad, a 30 de junio de este año el 52,02% del capital de Santander está en manos de inversores institucionales, el 46,4% lo poseen los inversores minoristas y el 1,54% restante, el consejo.

"Muchos de los actuales consejeros lo son de Emilio. La llegada de Ana Patricia debe abrir un nuevo camino en el Consejo", sostiene algunas de estas fuentes. Los hermanos Inciarte (Matías, 66 años; Juan, 62 años), Fernando de Asúa (82 años), vicepresidente primero; Guillermo de la Dehesa (73 años); Rodrigo Echenique (68 años), Juan Miguel Villar Mir (83 años) o la propia Isabel Tocino (65 años), todos ellos consejeros muy ligados al fallecido presidente del Santander, son algunos de los nombres que podrían formar parte de este relevo que reclaman algunos accionistas del Santander.

Sin embargo, Ana Patricia siempre ha sido una directiva a la que no le han gustado nunca los grandes terremotos. No lo hizo a su llegada a Banesto, ni tampoco en su desembarco en Londres. En el sector se descarta que la nueva presidente del Santander no continúe la línea marcada por su padre. "Emilio ha transformado la historia del Santander y dudo que Ana Patricia inicie caminos diferentes", sostienen desde un gran banco español.

Para algunos analistas, como Loreto González, socia (especializada en banca y finanzas) de Korn Ferry, principal firma internacional en el sector de gestión y búsqueda de altos directivos, los dos próximos años son fundamentales para el liderato de Ana Patricia. "Debe demostrar a sus inversores y al mercado en general que su elección no responde sólo a un denominador de familia, sino que es el candidato adecuado para dirigir el Santander. Si en este plazo no consigue convencer al exterior, su liderato puede empezar a ponerse en entredicho", explica González. Los accionistas consultados coinciden con ese plazo de dos años.

"Con la ausencia de Botín se pone fin a una etapa muy personalista en el Santander. Los fondos no aceptarán que se vuelva a vivir una situación similar", explican desde el sector.

De todos los Botín en el Consejo del Santander, Ana Patricia es quien cuenta con mayor apoyo. Fue reelegida en la pasada Junta de Accionistas con el 81,32% de los votos, frente al 75,68% de Javier Botín, en 2013, o el 74,75% de Emilio Botín, en 2012. Fuentes de la entidad confirman que la nueva número uno del banco no tendrá que ser reelegida de nuevo por los accionistas hasta dentro de tres años, el plazo habitual por el que son reelegidos los consejeros del banco rojo.

Precisamente, su hermano Javier es el mayor accionista de la familia, tras el reparto de acciones que efectuó Botín en 2012. Ese año, el fallecido presidente reorganizó su participación personal en Santander, cediendo parte de sus acciones a sus hijos, dentro del pacto parasocial que mantiene la familia Botín y que ostenta el 0,77% del capital del banco, dejando a su hijo Javier como el máximo accionista de la sindicación.

Emilio Botín padre redujo de 32,5 millones de títulos a 6 millones. El segundo representante de la sindicación es Emilio Botín hijo, con 13,6 millones de acciones tras el traspaso de 4,5 millones de títulos por parte de su padre. La tercera mayor accionista del pacto es Ana Patricia, que posee 13,2 millones tras recibir de su padre casi 8 millones de acciones.

El próximo lunes, se producirá la primera aparición de Ana Patricia como presidenta del Santander. Pese a que la muerte de Emilio Botín estuvo a punto de suspender la Junta extraordinaria de accionistas, prevista para el lunes 15 de septiembre, desde la entidad se decidió mantener la convocatoria de una reunión que debe dar el visto bueno a la ampliación de capital relativa a la ejecución de la oferta presentada por el grupo para adquirir la totalidad de su filial Santander Brasil.

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