El pleno del Parlamento de Andalucía ha aprobado con el apoyo del PP y PSOE la ley de Economía Circular, una norma de la anterior legislatura, que busca la triple sostenibilidad ambiental, económica y social, y supone una “revolución circular” al convertir los residuos en recursos, según el Gobierno andaluz. Vox se ha posicionado en contra, y Por Andalucía y el Grupo Mixto-Adelante Andalucía.
La iniciativa ha salido adelante incorporando, con el consentimiento de los populares, 61 de las 102 enmiendas que presentó el PSOE andaluz.
La norma cuenta con 94 artículos y se trata de una iniciativa pionera, al buscar la disminución del impacto medioambiental de cualquier proceso al tiempo que favorece el desarrollo económico y genera empleo, buscando reconvertir en recursos los residuos, ha sostenido el consejero Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández Pacheco.
Planificación en el ámbito local
La norma apuesta por aprovechar y rechaza el malgasto, funcionando a través de la Oficina de Economía Circular, que será una unidad administrativa que asesorará, dinamizará, coordinará y gestionará todo lo relacionado con la norma.
Para ello, ofrecerá instrumentos de planificación en el ámbito local para que los municipios elaboren, aprueben, implanten y ejecuten en materia de gestión de residuos; y facilitará, asimismo, la contratación pública ecológica, primando la introducción de criterios ambientales en la contratación por parte de administraciones públicas.
El objetivo es que las empresas busquen recursos a partir de residuos y surjan nuevas empresas capaces, a su vez, de poner en el mercado esos subproductos. Por otro lado, se busca favorecer que los productores analicen los ciclos de vida de productos y servicios y los registren en un Registro Público Andaluz, que se constituirá para este fin. Se trata de animar a productores a ‘vender’ como un atractivo más de su producto o servicio ese reaprovechamiento de los residuos. El modelo de economía circular de Andalucía sustituirá al lineal, hoy obsoleto y, sobre todo, derrochador.
La norma favorecerá, además, que los productores analicen los ciclos de vida de productos y servicios y los registren en un Registro Público Andaluz, que se constituirá para este fin. Se trata de animar a productores a ‘vender’ como un atractivo más de su producto o servicio ese reaprovechamiento de los residuos. El modelo de economía circular de Andalucía sustituirá al lineal, hoy obsoleto y, sobre todo, derrochador.
Evitar la propaganda
La diputada socialista María Gámez ha puesto de relieve la necesidad dotar de más recursos a los ayuntamientos para que puedan desarrollar las competencias que le son atribuidas, aunque ha tildado de “escandaloso” que el dinero de los impuestos de la economía circular pueda servir para “nóminas” de la Consejería o actos de comunicación y “propaganda”.
Para el diputado de Vox, Rodrigo Alonso, resulta “llamativo” que esta norma andaluza “celebre” la ley de Economía Circular del Gobierno de Sánchez, ha criticado que el PP “se haya rendido” a los postulados de la Agenda 2030 y que el Gobierno de Moreno “engorde” con esta ley la administración “paralela” al crear la oficina de economía circular.
Juan Antonio Delgado (Por Andalucía) ha considerado, por su parte, que la norma es una “oportunidad perdida y papel mojada” al no establecer obligaciones para su cumplimiento, y ha vinculado su aprobación a la aplicación del “rodillo absolutista” del PP, al que -ha dicho- se “le ha caído la careta de moderado”.
De “decepcionante” ha tildado al ley el portavoz de Adelante, José Ignacio García, que ha cuestionado su utilidad al esgrimir que apenas aporta obligaciones para su cumplimiento y “permitirá la utilidad” de vertederos como el de Nerva o el fosfoyesos de Huelva. EFE
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