A apenas 20 días para cerrar el año ya se puede afirmar que el 2018 pasará a la historia por ser uno de los peores cursos para la renta variable. O al menos si se compara con las previsiones y el optimismo que había a finales de 2017.
Prueba de ello es el poco apetito inversor y el bajo volumen captado en las salidas a Bolsa. En todo el año sólo se llevaron a cabo 5 operaciones valoradas en un total de 1.105 millones de dólares, lo que conlleva un descenso del valor cercano al 75%, pese a que el número de operaciones (5 salidas en 2018 frente a 6 de 2017) se mantiene parejo, según datos del despacho de abogado Baker McKenzie.
En relación a estos datos Enrique Carretero, socio responsable del área de mercados de capitales, apunta que las tensiones comerciales y al incertidumbre geopolítica han sido los principales culpables de este mal año.
Asimismo, agrega que la reducción del valor de las operaciones en España es una muestra de que los inversores prefieren esperar mejores ventanas de oportunidad para cotizar una vez se aclare el panorama acerca del Brexit y se atenúen los factores geopolíticos.
El ladrillo predomina
De las cinco salidas a Bolsa, dos han estado relacionadas con el ladrillo y también han sido las que más dinero han captado. Son la promotora Metrovacesa y la socimi Árima, que en su conjunto captaron 919 millones de dólares (804 millones fueron para Metrovacesa y 115 para Árima).
La tercer salida que más captó fue la realizada esta misma semana por Solarpack, con un importe de 114 millones. Menos importantes fueron las de Barkeley y Amrest, que captaron 47 y 25 millones, respectivamente.
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