El Gobierno está incluyendo convocatorias recurrentes -lanzadas ya en años anteriores- de licitaciones, subvenciones y ayudas abiertas a empresas o ciudadanos bajo el paraguas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia al que están vinculados los fondos europeos.
Es el caso de los Programas de formación en el sector turístico y los Programas de formación de ámbito estatal para la adquisición y mejora de competencias profesionales relacionadas con los cambios tecnológicos y la transformación digital, ambos impulsados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y dotados con 40 millones y 50 millones, respectivamente.
Por ejemplo, en el caso de los planes de formación de ámbito estatal dirigidos prioritariamente a personas ocupadas, la Dirección General del SEPE lleva diez años convocando estas subvenciones y en 2018 lanzó una convocatoria similar (por 50,4 millones), con cargo al ejercicio presupuestario de ese año.
Junto a las convocatorias del SEPE, en el portal público de los fondos europeos hay un goteo de convocatorias para este primer año de las que, aunque no todas, muchas se habían lanzado ya en años anteriores y ahora salen reeditadas, con el apellido de los Next Generation y, en algunos casos, con una dotación dineraria mayor.
Otro ejemplo se encuentra en el programa de incentivos a la movilidad eficiente y sostenible (Programa MOVES), que ahora se traslada al PERTE del vehículo eléctrico con el MOVES III, dotado con 400 millones de euros para incentivar la compra de vehículos eléctricos y el despliegue de puntos de recarga, una repetición de las convocatorias que se venían publicando.
Otros ejemplos se encuentran en el Programa PREE para la rehabilitación energética de edificios, la vieja conocida Red.es y su programa de inteligencia artificial (IA) o la convocatoria de I+D de 2021. Según destacan los expertos a los que ha consultado Vozpópuli, para movilizar recursos se ha tirado de convocatorias ya engrasadas de años anteriores, ya que inventarse un programa lleva mucho tiempo.
Finalmente, también se encuadran en los fondos europeos licitaciones, por ejemplo, para trabajos de rehabilitación de barrios o construcción de carreteras, como la remodelación de enlace y conexión de Caranza con O Bertón en La Coruña, un proyecto aprobado por el Ministerio de Fomento ya en 2018 y que ahora se financiará con fondos europeos.
Fondos europeos: la novedad está en los PERTE
La gran novedad estará en los PERTE, los grandes proyectos estratégicos que exigen la colaboración entre administraciones, empresas y centros de investigación. El del vehículo eléctrico, el único aprobado hasta el momento junto con el PERTE para la salud de vanguardia, ha lanzado ya una inversión de I+D+i en automoción sostenible (PTAS), dotada con 40 millones y que ya se está ejecutando.
Sin embargo, faltan las convocatorias más novedosas, que sin régimen de ayudas de Estado no se puede lanzar y que se están negociando con Bruselas desde mayo. La convocatoria más voluminosa, de 2.000 millones para investigación y desarrollo de la cadena de valor del vehículo, la que esperan las empresas grandes, pende de esta negociación. Y al ser novedosa, necesitará más tramitación.
Otros PERTE, como el aeronáutico, aún están en proceso de estudio. El gigante aeronáutico Airbus ha lanzado duras críticas contra el Gobierno en un informe interno por la “falta de coordinación y liderazgo de las entidades públicas” en la puesta en marcha de los proyectos asociados a este PERTE, tal y como ha publicado El País.
También están pendientes de aprobación por el Consejo de Ministros los PERTE de la cadena agroalimentaria, el del español o el de la luz. El problema es que el Gobierno está intentando ser demasiado ambicioso y las capacidades son limitadas, apuntan los expertos consultados. La Comisión Europea (CE) ya ha advertido a Sánchez de que el retraso en el reparto de los fondos europeos amenaza la recuperación económica del país.
El Real Decreto-ley que trata de agilizar los trámites está en vigor, pero otra cosa distinta es que los funcionarios puedan realmente agilizarlos, puesto que hay procedimientos garantistas que hay que respetar y no es fácil sacar convocatorias nuevas en pocos meses. "Todo lo innovador tarda", trasladan las fuentes. Los primeros años de fondos siempre son lentos y se han generado muchas expectativas, con hitos y objetivos, que el retraso puede poner en peligro.
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