La apertura del mercado español de transporte de pasajeros por ferrocarril se convertirá prácticamente en una cuestión de Estado. O de estados. Renfe, titular hasta 2021 del monopolio, verá con bastante probabilidad cómo empresas también participadas por capital público pasan a ser encarnizados rivales por el negocio de la alta velocidad. SNCF, participada al 100% por Francia, y Deutsche Bahn, en la que el Estado alemán mantiene una participación mayoritaria, analizan diversas opciones para convertirse dentro de poco más de un año y medio en destacados actores del mercado español.
La prensa francesa se hacía eco de las negociaciones que está llevando a cabo SNCF con Ilsa y Acciona para constituir una alianza con vistas a competir por las líneas que sean liberalizadas a partir de 2021. Una información que ponía nombre y apellidos a la que hizo pública hace algunas semanas el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, quien explicó en un encuentro con periodistas que estaba conversando con operadores europeos en el contexto de su interés por ser un actor principal en el proceso de liberalización del ferrocarril.
Pero no es la única posibilidad que está explorando la empresa pública gala. Como adelantó Vozpópuli, SNCF ha montado una estructura societaria en España, a través de una filial denominada Rielsfera, con la que emprendería el camino en solitario en el caso de que las negociaciones con las empresas españolas no llegara a buen puerto. Un extremo que ha sido confirmado por la información publicada por el diario económico francés L’Echos.
Con el fin de explorar todas estas opciones, SNCF ha contratado los servicios del despacho Uría.
Intereses en líneas transnacionales
Para Ilsa y Acciona, formar equipo con la compañía pública francesa tampoco es la única opción. En este punto aparece el nombre de la alemana Deutsche Bahn, con la que también estarían explorando un posible pacto para ir de la mano en el proceso de liberalización.
Participada al 51% por capital público, Deutsche Bahn lleva tiempo participando en el proceso de liberalización español a través de su división Arriva, que desde finales de 2015 cuenta con la licencia de Adif para operar en el mercado de transporte de viajeros, además del preceptivo certificado de seguridad.
Se da la circunstancia de que Arriva e Ilsa se encuentran en sendos procesos de obtener permisos para comenzar a dar servicio de transporte de pasajeros en España, en líneas transnacionales, como son los casos de La Coruña-Oporto (Arriva) y Madrid-Montpellier (Ilsa). Una posible alianza con el grupo que lidera Acciona abriría un buen abanico de posibilidades para comenzar a competir con Renfe.
Servicio puerta a puerta
Los operadores públicos europeos cuentan con la ventaja de su experiencia en el sector, su conocimiento del ámbito de los transportes y también de su acceso a los equipos y materiales rodantes, una circunstancia que supone uno de los quebraderos de cabeza más notables de la treintena de empresas que aspiran a entrar en el mercado liberalizado.
En el caso de Arriva, su experiencia en otros mercados le ha permitido diseñar un servicio en el que ofrece al cliente la posibilidad de cubrir todos los traslados que necesite, al margen del estrictamente ferroviario. De esta forma, el usuario puede tener un servicio de puerta a puerta, a través de diversas plataformas (entre las que se encuentra el coche compartido) y también con la ayuda de las nuevas tecnologías.
Precisamente, este es uno de los puntos neurálgicos del plan estratégico que acaba de aprobar Renfe y que está destinado a conducir a la compañía directamente al mercado liberalizado. El objetivo es prepararse para afrontar un escenario hasta ahora inédito para Renfe, como es la competencia en su mismo ámbito.
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