Economía

Por qué la app Radar COVID contra la pandemia no sirve para casi nada

No es de descarga obligada, ha de ser aprobada por las CCAA para el uso de sus ciudadanos y pone trabas al rastreo de menores de 18 años, entre otras cosas

Las aplicaciones contra el coronavirus han funcionado de forma muy eficiente para combatir la enfermedad en países como Singapur, Corea del Sur o China. Dejando al margen la idiosincrasia de los ciudadanos de estos países asiáticos y los gobiernos al frente de algunos de los mismos, lo cierto es que en España la utilización de estas aplicaciones no ha dado resultados claros contra la covid-19.

Desde que en marzo se pusiera en marcha la app de Madrid y posteriormente las de Cataluña y País Vasco, lo cierto es que los resultados se han circunscrito casi exclusivamente a declaraciones institucionales en las que se ha elogiado su papel para descongestionar los teléfonos de atención al cliente. Nada más que eso, y sin datos concretos respecto a su efectividad en dicha descongestión.

Radar COVID, la app lanzada por el Ejecutivo, no es menos que los desarrollos regionales. Acaba de ser lanzada -hace unas dos semanas- pero el caldo de cultivo sobre el que reposa no va a permitir aprovechar todo su potencial. La aplicación fue diseñada y creada por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial con el Ministerio de Sanidad como cliente de la misma.

La poca efectividad de la aplicación no está en su desarrollo, sino en las particularidades de nuestro sistema autonómico, la normativa y la laxitud respecto a su uso, entre otras cosas. Veamos estas particularidades:

  • Es de descarga voluntaria: el Gobierno ha optado por no hacerla de uso obligatorio. Los usuarios que no quieran descargársela ni usarla tendrán libertad para hacerlo. Parace una libertad lógica, pero si pensamos, por ejemplo, en que comunidades autónomas obligan al uso de la mascarilla como método de lucha contra la pandemia, no extrañaría que si las apps son un 'antídoto' contra el coronavirus estas fueran de obligatoria descarga y uso.
  • Su éxito depende de los gobiernos autonómicos: "Una vez recibido el visto bueno de las autoridades sanitarias, el siguiente paso ha sido la puesta a disposición de las comunidades autónomas de esta aplicación", explicaba en nota de prensa el Ministerio de Economía. Esta particularidad es otra traba más, en tanto en cuanto exige el compromiso de 17 gobiernos.
  • Hay regiones colindantes que quedarán sin cubrir: La app no se podrá utilizar ni en Andorra ni en Gibraltar, localidades con flujo de personas en un sentido y en otro, que quedarán sin ser rastreadas.
  • Pone trabas al rastreo de menores: Los menores de 18 años, población que más sufre los últimos rebrotes, han de tener permiso expreso de sus padres o tutores para utilizarla. Hay que recordar que en España desde los 13 años se pueden usar las redes sociales de forma legal, sin permiso de padres o tutores.
  • Obliga al usuario a ser proactivo: es la persona quien en última instancia ha de comunicar a las autoridades el riesgo de contagio, caso de haber estado cerca -de esto sí avisa la app- durante un tiempo considerable de una o varias personas contagiadas.

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