Los aranceles que ha anunciado Donald Trump a la importación de algunos productos españoles ponen en jaque al crecimiento de la economía española en un momento crucial, en el que la demanda interna del país se ha hundido y es la demanda del exterior la que tira del crecimiento.
El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país se ha ralentizado en los últimos trimestres y todas las casas de análisis e instituciones no paran de rebajar sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo, debido principalmente a la debilidad económica europea y la inminencia de algunos riesgos como el brexit o las batallas arancelarias.
Estas últimas, precisamente, podrían impactar ahora de lleno en España si finalmente se materializan los aranceles del 25% a productos europeos y, en concreto, a productos agrícolas españoles como las naranjas, el vino, el queso o el aceite oliva español que importan en Estados Unidos y que, a partir del 18 de octubre, serán un 25% más caros. Esas importaciones gravadas con aranceles suponen actualmente alrededor de 1.000 millones de euros de ingresos para España.
Los estadounidenses que los compran tendrán que pagar más por ellos (su precio más el arancel), lo que provocará una caída de las ventas de los exportadores españoles y llevará a los norteamericanos a buscar proveedores alternativos.
Esta posible caída de las exportaciones españolas a Estados Unidos impactará en el volumen total de exportaciones y en la demanda externa del país, lo que supone un riesgo para el crecimiento del PIB en un momento de especial debilidad, aunque la clave está en el efecto indirecto que puede tener la política proteccionista de Trump en nuestra economía.
Efecto dominó
Aunque el porcentaje que representan las exportaciones de España a EEUU sobre el total de ventas al exterior no es enorme (EEUU es nuestro sexto socio comercial), la imposición de aranceles a productos europeos tiene un efecto indirecto sobre nuestra economía.
"El impacto es mayor desde el punto de vista indirecto. Por ejemplo, si Trump impone aranceles a China, la economía de China se resiente y deja de importar de Alemania, eso le afecta la economía alemana y entonces Alemania deja de comprar a España. Es un efecto dominó", explica a Vozpópuli María Jesús Fernández, economista sénior del panel de economistas de Funcas.
Esta vulnerabilidad se agravaría en un momento de enfriamiento económico. En el segundo trimestre de 2019, el PIB ha crecido un 0,4% y, de ese porcentaje, sólo una décima ha procedido de la demanda interna debido al desplome del consumo -que ha repercutido en un aumento del ahorro- y a la caída de la inversión pública, por lo que la demanda externa ha sido responsable de tres décimas de ese crecimiento (un 75%).
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Dependemos de la demanda exterior
En términos interanuales, el PIB ha crecido un 2% frente al mismo trimestre del año anterior, de los que un punto procede de la demanda interna (nueve décimas menos que en el primer trimestre).
La demanda externa venía haciendo contribuciones negativas al crecimiento en los últimos años y en el primer trimestre del año sólo aporto 0,2 décimas al crecimiento de la economía española, pero por fortuna, en el segundo trimestre la demanda externa se ha reactivado y ha crecido ocho décimas hasta suponer un punto de crecimiento, lo que ha servido para compensar el desplome de la interna y salvar el dato de crecimiento.
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Una caída de la demanda externa podría afectar negativamente al PIB, especialmente si no va acompasada de un crecimiento de la demanda interna que por el momento se descarta para los próximos trimestres, dado que las cuentas apuntan a una caída de los ingresos.
En sus proyecciones macroeconómicas, el Banco de España pronostica un fuerte descenso de la contribución de la demanda nacional al crecimiento (pasa de 2,7 puntos en 2018 a 1,4 en 2019) por la caída del consumo doméstico y del gasto público, mientras que auguran una mejora en la contribución de la demanda externa (pasa de restar 0,3 el año pasado a sumar 0,6 este año).
Sin embargo, si el impacto de los aranceles acaba por debilitar la demanda externa el PIB podría crecer por debajo del 2% previsto por esta institución.
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