El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha vuelto a tumbar una gran operación urbanística en la Capital, la relacionada con el desarrollo en torno al estadio Wanda Metropolitano, a través de una sentencia que guarda ciertos paralelismos con aquella que emitió en el mes de febrero de 2015 y que acabó con el sueño de reforma del Santiago Bernabéu que tenía el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Ni mucho menos se trata del mismo caso pero en ambos fallos se habla de conceptos como arbitrariedad, desvío de poder y actuaciones realizadas en aras de intereses particulares y no generales.
Además, se da la circunstancia de que también se repite el juez que actúa como ponente en las tres sentencias (la modificación urbanística para la remodelación del Santiago Bernabéu fue anulada por dos sentencias en el plazo de apenas un par de meses). Se trata del magistrado Francisco Javier Canabal.
Pese a que los casos presentan evidentes diferencias, la argumentación jurídica guarda notables similitudes y cuenta como uno de sus pilares fundamentales el hecho de que considera que las Administraciones Públicas (el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid) no ha actuado motivados por favorecer el interés general sino el de particulares (en estos casos, los clubes de fútbol Real Madrid y Atlético de Madrid).
Una circunstancia que llama la atención dado que, en cada uno de los casos, la corporación municipal estaba en diferentes manos. Los trámites urbanísticos para la remodelación del Santiago Bernabéu bajo el plan original diseñado por el Real Madrid tuvieron como elemento fundamental un convenio firmado con el Ayuntamiento de la capital, por entonces en manos del Partido Popular (en principio, con Alberto Ruiz Gallardón como alcalde, al que, tras su nombramiento como ministro de Justicia, sucedió Ana Botella).
Prisas en la tramitación
En el caso de la tramitación relacionada con el Wanda Metropolitano, ha sido el Ayuntamiento liderado por Ahora Madrid, con la alcaldesa Manuela Carmena al frente, el que se encargó de modificar los convenios firmados en su día con el Atlético de Madrid para su traslado a la instalación antes conocida como estadio de La Peineta.
Debido a los cambios en la denominada operación Mahou-Calderón (para el aprovechamiento de los terrenos en los que aún se ubica el antiguo estadio del Atlético de Madrid), el Consistorio se vio obligado a cambiar la calificación del suelo ocupado por el Wanda Metropolitano para que el club pudiera pasar a ser su propietario, lo que significaba que dejaba de ser público, como hasta entonces, para convertirse en privado.
El trámite fue elaborado con cierta urgencia por el Ayuntamiento con la intención de acelerar su aprobación para que las instalaciones del nuevo estadio y sus accesos pudieran estar listos antes del inicio de la pasada temporada.
Intereses particulares
La operación del Bernabéu fue denunciada (en primer lugar por anteriores propietarios del suelo que ocupa actualmente el estadio madridista y después por Ecologistas en Acción) por, entre otras cuestiones, incluir una permuta de terrenos notablemente desigual entre el Ayuntamiento y el Real Madrid, a favor de este último, con el fin de que el club presidido por Florentino Pérez obtuviera los metros cuadrados que necesitaba en el Paseo de la Castellana, adyacentes al estadio, que le permitirían incrementar su edificabilidad.
Tanto en uno como en otro caso, el TSJM habla de arbitrariedad y de una actuación viciada de las Administraciones Públicas en favor de intereses particulares.
Para la remodelación del Bernabéu la sentencia fue definitiva y devino en firme, ya que tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid se negaron a recurrirla ante la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales. Posteriormente, el Real Madrid negoció ya con la nueva corporación una modificación que está aprobada y que posibilitará la reforma del estadio aunque con planes sensiblemente distintos a los que barajaba Pérez.
Mientras, el Consistorio ya ha anunciado que recurrirá el fallo del TSJM sobre la anulación del plan urbanístico del Wanda Metropolitano, con el fin de que el Atlético de Madrid pueda seguir disputando los partidos en su recinto.
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