La presidenta argentina, Cristina Fernández, logró este jueves el apoyo del Senado para expropiar la petrolera YPF al grupo español Repsol tras cerca de quince horas de debate que permitieron a la oposición advertir que su respaldo no supone un cheque en blanco para la gestión de la mayor empresa del país.
El proyecto de ley fue aprobado por 63 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones, en una jornada maratoniana en la que las acciones de la petrolera cayeron un 5,11%.
El texto, que la próxima semana se someterá a votación en la Cámara de Diputados, declara de utilidad pública y sujeto a expropiación un 51% de las acciones de YPF propiedad de Repsol, titular de una participación total del 57,43 por ciento en la petrolera argentina. También prevé la expropiación de las acciones de Repsol en YPF Gas, la mayor distribuidora minorista de gas licuado de petróleo envasado de Argentina.
El oficialismo arrastró a la mayoría del Senado con el argumento de que la expropiación de YPF a Repsol devuelve a Argentina la soberanía sobre sus hidrocarburos, aunque la oposición matizó su postura, cargó contra la política energética del Gobierno y advirtió sobre la necesidad de garantizar un buen manejo de la petrolera.
Críticas desde la oposición
Las críticas salpicaron a Cristina Fernández, y a su esposo, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, a quien varios senadores recordaron como uno de los defensores de la privatización impulsada por el expresidente Carlos Menem, aunque uno de los más cuestionados de la jornada fue el ministro de Planificación, Julio de Vido, que encabeza al equipo de interventores de YPF, y al que la oposición responsabiliza del problema energético del país.
El presidente del bloque radical, el principal partido de oposición, Luis Naidenoff, apoyó la propuesta oficialista pero fue tajante sobre los motivos que precipitaron la decisión del Gobierno de hacerse con el control de YPF: "se avanzó con el proyecto porque la caja no cierra".
"Fue la coyuntura energética asfixiante la que motivó al oficialismo a iniciar este debate", agregó el senador radical refiriéndose a los 14.000 millones de dólares que Argentina gastará este año en la importación de gas y petróleo.
Entre las voces más críticas se alzó la de María Eugenia Estenssoro, de la Coalición Cívica, hija de José Estenssoro, expresidente de YPF, que decidió abstenerse tras alertar contra un modelo de "hiperconcentración de la riqueza y el poder" y recordar que Kirchner apoyó "enérgicamente" la privatización de la petrolera en 1992.
"No podemos subsanar ese grave error con otro acto de corrupción", advirtió Estenssoro, para quien "culpar a la gestión de Repsol por la mayor crisis petrolera de nuestra historia, es una simplificación y una trampa".
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