El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha procesado a 25 personas que formaban parte presuntamente de una trama dedicada a amañar partidos de tenis para después realizar apuestas ilegales en casas de todo el mundo, a través de las cuales habrían obtenido un beneficio de más de 3,6 millones de euros.
En el auto de transformación en procedimiento abreviado, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 les imputa delitos de corrupción entre particulares, estafa, blanqueo de capitales, usurpación de estado civil y organización criminal, sin perjuicio de que en el marco del procedimiento se puedan añadir otros.
Los investigados, entre los que hay tenistas profesionales, se ponían de acuerdo para, "a cambio de precio, alterar el curso normal del juego, dejándose perder partidos, sets, juegos o puntos, conforme a lo acordado ilícitamente, para asegurar el resultado de las apuestas sobre seguro realizadas por los miembros de la organización, que se beneficiaban de los premios obtenidos".
Entre los imputados están los tenistas Marc Fornell -quien sería uno de los 'cabecillas' de la trama-, Enrique López, Marcos Torralbo, Jordi Marsé y Marcos Giraldi, pero también estaban implicados familiares, intermediarios, inversores y cedentes de identidades.
Según el magistrado, habrían actuado en competiciones tanto en España como en otros países como Irán, Egipto, Italia, Portugal, Túnez, Polonia, Alemania, Marruecos, Francia, Ucrania, Hungría o Países Bajos.
Identidades falsas para competir
El 'modus operandi' descrito por el juez en su auto relata un primer paso que sería "la corrupción del evento deportivo, bien mediante información privilegiada o corrompiendo a los tenistas directamente", tras lo cual habrían recurrido a la "incorporación de identidades usurpadas, esto es, de identidades conseguidas, usurpadas, sustraídas o creadas de manera subrepticia e ilegal".
Con estas identidades falsas se creaban dos grupos diferenciados con los que operaban: las que usaban para las casas de apuestas y las titulares de las cuentas de los medios de pago.
Una vez completaban esta fase, realizaban apuestas ganadoras e incorporaban los beneficios conseguidos a las cuentas de los medios de pago, para posteriormente realizar la extracción, reparto e incorporación al patrimonio de los distintos miembros de la organización criminal.
El último paso de esta trama, explica De la Mata, era buscar "acciones de inversión patrimonial con las que enmascarar las ganancias ilícitas y conseguir introducir el dinero no declarado en el tráfico monetario regular".
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