Economía

El aumento de tamaño no garantiza más rentabilidad

Los seis mayores bancos españoles manejan un 30% más de activos que hace diez años, pero siguen gastando lo mismo o más para ingresar cien euros

Hace unos pocos días, el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, advertía, en una conferencia internacional sobre regulación financiera, que la rentabilidad de la banca europea no alcanzaría los niveles previos a la crisis sanitaria del coronavirus hasta el año 2022. Daba, así, por perdido el próximo ejercicio.

El que fuera ministro de Economía español entre los años 2011 y 2018 y “padre” de la reforma financiera añadía que a la banca no le va a quedar otra alternativa que ahondar en el esfuerzo de contención de costes y para ello recomendaba el camino de las concentraciones. Porque la asignatura pendiente de las entidades financieras en estos últimos años sigue siendo la rentabilidad.

Una forma de medirla es a través de la ratio de eficiencia, que explica cuánto dinero tiene que gastar un banco para ingresar cien euros. Con las cifras de los nueves primeros meses de 2020, la media de los seis bancos españoles que cotizan en el Ibex 35 es de 51,13 euros, la misma cantidad que 12 meses antes. La horquilla va desde los 45,6 euros de BBVA hasta los 56,4 de Caixabank.

Y es que los bancos españoles son mucho más grandes que hace diez años, están presentes en más de una veintena de países del mundo, algunos figuran entre los mayores del ranking internacional, pero no han conseguido, por las muchas circunstancias sobrevenidas en estos años, alcanzar la rentabilidad de la que gozaban no ya en los locos años del “boom” económico, sino hace un lustro. La reducción de costes parece la única vía posible por el momento para incrementar los beneficios.

Fusiones

La concentración no ha sido el bálsamo de Fierabrás que todos esperaban cuando diseñaron las operaciones de fusión, bien por el peso de los activos improductivos derivados de su elevada exposición al sector inmobiliario, bien por el proceso de desendeudamiento del sector privado y la correspondiente contracción del crédito, o por los tipos de interés cero o en negativo que han comprimido los márgenes de intereses hasta el límite de asfixiar la rentabilidad.

La actual no da siquiera para pagar el denominado coste de capital. El sector se conforma ya con cerrar el ejercicio en curso con un ROE (rentabilidad sobre recursos propios) de entre el 4 y el 6%, cuando el coste del capital está por encima del 8%.

En buena parte, a Luis de Guindos se debe que cuando finalicen los procesos de fusión entre Caixabank y Bankia; Unicaja y Liberbank, y BBVA y Banco Sabadell, queden en España nueve  bancos y, estrictamente hablando, dos cajas de ahorros bajo la forma jurídica que la mayoría conocimos. Los alicientes que el BCE está dando para que se agilicen los procesos están acelerando las negociaciones en España.

De los siete grandes bancos (con el Exterior llegaron a ser ocho los presidentes que se sentaban periódicamente en la mesa del restaurante Jockey de Madrid para diseñar la estrategia del sector), sólo quedan dos, Santander y BBVA, a los que se unirá en el primer trimestre de 2021 la entidad resultante de la fusión entre Caixabank y Bankia, la adaptación moderna de lo que en su día fueron La Caixa y Caja Madrid, las dos mayores cajas de ahorros españolas.

Los costes atenazan al sector

Los costes siguen atenazando a un sector que, por el otro lado, ve cómo los ingresos son cada día más difíciles de incrementar con la incertidumbre económica actual y con la política monetaria que ha diseñado el BCE desde marzo de 2016, cuando redujo l precio del dinero al cero por ciento.

En 2009, ocho bancos españoles estaban entre las cien mayores entidades del mundo por su ratio de eficiencia, dos de ellas Popular (33,7%), quinta, y Caja Madrid (35,1%), octava, entre las diez primeras, y otras cuatro entre las 25 mejores: BBVA (36,9%), Banesto (38,82%), Santander (40,3%) y Sabadell (41,27%). La Caixa (42,97%) y Bankinter (50,32%) completaban una lista que entonces encabezaba Bank of Beijing (30,8%) y cerraba Bank of Yokohama (78,25%). En esta relación, cuanto más bajo es el número mejor le va a la entidad.

Hoy, poco más de diez años después, BBVA ha cerrado los nueve primeros meses de 2020 con una ratio del 45,6%; Bankinter, con el 46,4%; Santander, con el 46,8%; Bankia, con el 55,6%; Banco Sabadell, con el 56,28% (grupo) y el 47,37% (si se excluye la filial británica TSB); y Caixabank, con el 56,4%. Todas las entidades han ido a peor con la única excepción de Bankinter, que ha mejorado en 4 puntos porcentuales.

Pero, como contrapartida, son mucho más grandes. Hoy, manejan 3,239 billones de euros en activos, de los que más de las dos terceras partes corresponden a Santander y BBVA. Han crecido un 30% en estos últimos diez años. Sólo una entidad, Bankia, tiene un activo inferior al de 2010, pero hay que recordar que fue nacionalizada en mayo de 2012. Algunas, como Banco Sabadell, han más que duplicado su activo.

Para controlar los efectos del aumento de tamaño mediante fusiones domésticas y compras en el exterior, los bancos se han sometido a un continuo proceso de adelgazamiento, obligados en parte por las necesidades de digitalización de sus operaciones. En 2008, el último gran año del sector, mantenían abiertas 45.662 oficinas, con 270.855 empleados. Hoy se han reducido a 23.340, con una pérdida neta de empleo de 90.000 trabajadores. Pero con eso solo no basta para ganar rentabilidad.

La banca española puede presumir, no obstante, de estar a la cabeza de la Unión Europea en esta clasificación de rentabilidad. Según el estudio comparativo de la EBA (European Banking Authority), con datos a 30 de junio de este año, la banca española ocupaba el sexto lugar, con un 52% entre los países de la UE 27 y los del Espacio Económico Europeo, en una clasificación que lideraba Noruega (37%), seguida de Grecia (39%), Lituania (42%), Estonia (50%) y Rumanía (51%).

Es la mejor banca de los grandes países europeos. Alemania está hoy en la peor situación (79%), Francia (75%), Italia (71%) y Reino Unido (58%). La eficiencia media de los países estudiados se situó en junio en el 66,7%, cinco puntos porcentuales mejor que en marzo, pero en un nivel equiparable al de marzo de 2019.     

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP