El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), José Manuel Campa, ha señalado este lunes que la posible fusión entre CaixaBank y Bankia cumple con los criterios básicos para que sea "eficaz".
Campa ha explicado, en una jornada organizada por el IESE Business School, que dicha operación va en línea de los aspectos fundamentales para que sea una fusión que proporciones un conjunto de sinergias y mejoras en eficiencias de costes, y ayude a obtener un modelo sostenible hacia el futuro.
La fusión entre las dos entidades financieras españolas responde a la necesidad que tiene el sector bancario europeo de reestructurarse y de resolver sus problemas de rentabilidad y exceso de capacidad, ha agregado.
Según Campa, los tres principales retos de la banca son el tecnológico, la falta de rentabilidad del sector -que ha empeorado por la covid-19 porque los tipos de interés van a estar más bajos durante más tiempo, la actividad económica está más débil y puede haber un incremento de morosidad-; y el de exceso de capacidad en ciertas partes del sistema europeo.
Para ello, se debe mejorar la tasa de eficiencia en los costes y las fusiones son "un mecanismo más y válido" para intentar lograrlo, ha añadido.
No obstante, ha matizado que no hay que hablar de fusiones por fusiones, sino de oportunidades de negocio y de visiones de negocios y puede haber operaciones que funcionen, pero también es importante que haya una salida ordenada de las entidades que no son buenas.
Se trata de que los bancos buenos crezcan y ganen cuota de mercado y que los malos salgan del mercado de forma ordenada y que el sector, en su conjunto, sea capaz de reorientarse hacia un modelo de negocio que sea sostenible a largo plazo, ha remarcado.
El profesor del IESE Juan José Toribio ha destacado que la operación planeada por las dos entidades española puede tener efectos diferentes en función de cómo se lleve a cabo, si por una fusión o por una absorción de Bankia por parte de CaixaBank, aunque, según Campa, es algo que aún no está decidido.
En el primer caso, el Estad, que tiene ahora más del 60 % de Bankia, pasaría a tener un 14-15 % de la fusionada, con lo que se diluiría su participación, pero sería una participación en un entidad más rentable y que valdría más, ha indicado Toribio.
En cambio, si fuera por la otra vía, habría que entregar el dinero a los accionistas de Bankia, con lo cual la participación del Estado desaparecería, cobrando unos 11.000 millones de euros y "habríamos perdido unos 17.000-18.000 millones", ha precisado.
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