Economía

El socio español de Axiom ultima el fichaje de una treintena de abogados

Ambar, el socio español de Axiom, ultima el fichaje de una treintena de abogados para su entrada en el mercado legal español. La firma arrancó hace un mes con tres exLatham & Watkins

Ambar, el socio español de Axiom, toma posiciones en el sector. La empresa de servicios legales alternativos (ALSP, por sus siglas en inglés) líder en Estados Unidos entró en España hace un mes tras sellar una alianza con la firma fundada por Manuel Deó, Rosa Espín y Belén Bautista, exabogados de Latham & Watkins, y ya tiene encarriladas entre 25 y 30 incorporaciones que se harán efectivas en las próximas semanas.

En una entrevista con Vozpópuli, los tres abogados hablan sobre su fórmula, cómo les han recibido los despachos ‘de toda la vida’ y, huelga decirlo, el coronavirus. El Covid-19 ha obligado a que las empresas, entre ellas los despachos de abogados, envíen a sus trabajadores a casa para trabajar a distancia. Una decisión difícil de digerir para un sector tan conservador, pero que Ambar ve como una oportunidad para poner en valor las virtudes del teletrabajo, una forma de trabajo de la que son “firmes defensores” incluso en el segmento de la abogacía de los negocios en el que se ubican.

Y es que si hay una palabra que repiten estos tres abogados para definir su modelo es “alternativa”, tanto para las empresas como el resto de abogados. Los tres son hijos de los despachos ‘de toda la vida’ y, sin renegar de la que ha sido su escuela, creen que hay margen para un proveedor alternativo que cohabite con los despachos tradicionales. La fórmula Axiom de abogacía por proyectos se basa en un uso intensivo de la tecnología, una estructura de costes más ligera (trabajan en un coworking, solo abogados senior) y tarifas cerradas (sin facturación por horas para mejorar la eficiencia).

Con estas credenciales, la pregunta es si la economía española tiene un dinamismo lo suficientemente alto como para desarrollar un modelo así. España no es Reino Unido ni Estados Unidos, pero los tres no creen que a la gente le resulte extraño trabajar por proyectos y también confían en un flujo de trabajo constante entre las empresas con las que ya trabajan: Ibex y 'private equity' nacionales e internacionales, principalmente.

Un modelo por proyectos

Tampoco perciben otro temor asociado al trabajo por proyectos como es el de no tener una nómina fija todos los meses. “Quienes se nos han acercado no tienen esas inquietudes”, señala Espín. Ambar, en línea con el modelo Axiom, solo contrata abogados con mucha experiencia y todos los nombres que se incorporarán son asociados senior, counsels y socios de despacho, amén de otro tipo de perfiles como por ejemplo abogados del Estado o responsables de asesorías jurídicas que han pasado por despacho.

Su fórmula promete mayores retribuciones por proyecto (al eliminar otros costes que consideran innecesarios) y, según explican, permite a los letrados controlar su tiempo. “Tú decides qué haces, cuándo lo haces y de qué forma lo haces”, añade Deó. Y eso significa que si quieres dejar de trabajar uno o dos meses, puedes hacerlo. 

Esta mención al tiempo no es baladí. En las grandes firmas es habitual que las jornadas se extiendan durante muchas horas y terminar de trabajar a las nueve de la noche (o más tarde) es algo habitual. De ahí que insistan en que muchos abogados que han tocado su puerta tienen inquietudes por hacer otras cosas 'no facturables', desde escribir un libro a practicar kitesurf. Ese es el target al que se dirigen y de ahí que quieran hacer de la flexibilidad su principal bandera.

Las negociaciones con Axiom comenzaron el pasado noviembre y, tras valorar opciones, explican que la alianza era la forma que más les encajó a ambas partes. Mientras tanto, el resto de firmas 'de toda la vida' se mantienen expectantes ante la llegada de este nuevo 'player'.

De hecho, los tres admiten que han recibido la llamada de socios directores para conocer un modelo por el que también se han interesado inversores privados. Según explican, los tres no son los únicos socios de la compañía y han dado entrada a otros inversores interesados. Esto también resulta novedoso con respecto a las estructuras de las firmas tradicionales, donde es bastante inusual la entrada de fondos u otros inversores que no sean los propios socios.

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