Las ayudas destinadas a la compra de coches eléctricos no son una realidad que esté ayudando a implantar en el mercado este tipo de modelos. Porque a los altísimos precios que todavía supone la compra de un turismo 100% eléctrico, los pocos modelos que podrían estar más al alcance de algunos compradores tampoco logran minimizar el precio de compra. Las ayudas del Moves III, que pueden llegar a superar los 7.000 euros, tardan en ejecutarse en muchos casos más de un año tras un complejo proceso burocrático.
Así, en la práctica las ayudas a la compra directa de un eléctrico no existen y el comprador debe afrontar de entrada el pago completo del coche y dedicar luego muchas horas de papeleo y muchos meses, casi un año por lo general, para recibir la subvención, que además tributa como un ingreso y conlleva su correspondiente impuesto en la declaración de la renta.
No de extrañar por ello que la mayoría de los eléctricos que vemos circulando por la calle sean modelos de gama muy alta con precios muy por encima de los 40.000 o 50.000 euros en manos de usuarios de alto poder adquisitivo que pueden permitirse tanto la compra como la larga espera para recuperar las ayudas del Estado.
Y a todo ello se une un problema más como es la todavía escasísima infraestructura de recarga que el Gobierno se comprometió en llevarla a cabo y que a día de hoy hace difícil cubrir las necesidades de los usuarios. Críticas que llegan desde patronales como la de los concesionarios, Faconauto, cuyo presidente Gerardo Pérez reincide en "la lentitud" de las administraciones públicas a la hora de invertir e instalar puntos de recarga de vehículos eléctricos en todo el territorio español.
Pérez, que ha participado en Barcelona en unas jornadas sobre automoción, ha llamado la atención sobre el hecho de que sólo el 3% del parque de vehículos es eléctrico y ha lamentado que los precios no sean asumibles para muchas familias, pese a haber en el mercado más de 200 modelos eléctricos.
El presidente de Faconauto ha lamentado que las administraciones públicas aprueben normas para fomentar su uso, pero que no inviertan lo suficiente en la instalación de puntos de recarga. Según Pérez, el sector privado ha hecho prácticamente la totalidad de la inversión de estos puntos en todo el territorio nacional.
En esta línea, ha asegurado que en regiones como Cataluña sólo el 7% de las gasolineras tienen un punto de recarga de coches eléctricos. Algo extensible al resto del territorio nacional en el que la falta de infraestructuras es evidente
Un Moves privado para las dos ruedas
Una falta real de apoyo en lo que ayudas a la compra se refiere que ha llevado a una entidad privada de movilidad eléctrica, Velca, a anunciar la capitalización de cuatro millones de euros en recursos propios para un plan privado de incentivos directos a la compra de un vehículo eléctrico, como respuesta, según han explicado en una rueda de prensa, a la "ineficiencia" del plan Moves y la inminente entrada en vigor de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) a partir de 2023.
"Este plan es la respuesta al escaso bagaje del Moves que, según datos del Banco de España, su segunda edición solo hizo crecer al menos un punto porcentual las matriculaciones de eléctricos en Asturias, Madrid, Cataluña, Baleares y Navarra, lo que revela la ineficacia de los planes públicos en su última milla, es decir, en llegar al consumidor final", ha resaltado Velca.
Entre los principales motivos de esta "ineficiencia", Velca ha apuntado a la falta de información, el exceso de burocracia, la descentralización de las ayudas o el anticipo de una cuantía. "Por este motivo, el plan privado invierte las ineficiencias del Moves al convertir las ayudas en incentivos directos e inmediatos a la compra", ha explicado Velca.
Así, el conductor recibe al momento 1.100 euros en el caso de una motocicleta, 600 euros si es ciclomotor y 300 euros si es una 'eBike'. Además, se le entregará el vehículo en su domicilio, sin tener que desplazarse.
Este plan pretende según ha explicado la empresa "inspirar" a futuros planes Moves, con la vista puesta en reorientar los incentivos y que sean las marcas las que los ejecuten y, posteriormente, hagan cuentas con la Administración. Además, la compañía ha puesto el acento en acercar la electrificación a las capas jóvenes de la población, muy comprometidas medioambientalmente, pero con escasos recursos para motorizarse.
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