El presidente de la patronal de fabricantes de automóviles Anfac, Wayne Griffiths, ha defendido este martes la necesidad de reformar el sistema de ayudas para impulsar la compra de vehículos electrificados y que España deje de estar en el "vagón de cola" de Europa.
El actual diseño del Plan Moves, que ofrece incentivos a la movilidad eléctrica, "no está funcionando", señaló durante la cuarta edición del foro Anfac, celebrado en Madrid, el también consejero delegado de Seat y Cupra.
"No es un problema de presupuesto ni de voluntad política. Es que el modelo de ayudas es lento y burocrático", ha dicho Griffiths, que ha apostado por un modelo de ayudas directas para estimular las ventas y tratar de que España se acerque al 22% de parque electrificado del conjunto de Europa, frente al actual 12%.
El responsable de la patronal aseguró que el cambio de modelo no restaría ni un euro a las arcas públicas, y defendió asimismo una reforma de la fiscalidad para el sector de la automoción y respaldos para la compra de vehículos cero emisiones en las empresas, que suponen casi la mitad del mercado.
De las fábricas españolas salieron el año pasado más de 320.000 vehículos eléctricos, frente a en torno a 16.000 en 2019: "Las empresas han aceptado el reto y estamos arriesgando miles de millones de euros para transformar nuestras fábricas", ha señalado.
"Pero los coches electrificados no se están vendiendo" en España, ha agregado el presidente de la patronal, que se ha mostrado preocupado por la situación y ha defendido también refuerzos a la política industrial en el país.
España recupera el octavo puesto
España, que es el segundo fabricante europeo de vehículos, ha recuperado en 2023 la octava posición mundial, superando a Brasil, y para el máximo dirigente de la patronal Anfac debemos como país proteger una industria que crea dos millones de puestos de trabajo.
Es necesario aprovechar la ventaja de España en cuanto a energías renovables, construir nuevos planes en torno a la economía circular y los nuevos materiales, avanzar en digitalización, así como mantener la competitividad a través del consenso social y la "flexibilidad laboral pactada", ha sostenido Griffiths.
Por su parte, Luca de Meo, presidente de la patronal europea ACEA y consejero delegado del grupo Renault, coincidió en la necesidad de que las autoridades den pasos para impulsar una industria que representa el 8% del PIB de la Unión Europea (UE) y es responsable de 13 millones de puestos de trabajo.
Las regulaciones obligan a que los coches reduzcan sus emisiones, al tiempo que continúan mejorando su seguridad, lo que incrementa su peso y hace más difícil su eficiencia energética, ha argumentado De Meo.
Críticas a la UE por las regulaciones
El coche europeo medio es un 60% más pesado que hace 20 años y un 50% más caro, lo que ha promovido que la edad media del parque automovilístico continental haya pasado de 7 a 12 años, ha señalado el presidente de ACEA.
El nuevo escenario para la industria está cambiando a marchas forzadas, además, por la emergencia de China y su planificación industrial a largo plazo, y el impulso que Estados Unidos está ofreciendo a su propia industria.
De Meo ha lamentado la cantidad de regulaciones nuevas que deben cumplir los fabricantes europeos cada año: "Está en juego nuestra capacidad de innovar, de inventar modelos de negocios adaptados al nuevo terreno de juego", ha afirmado.
Las autoridades públicas, ha subrayado, deben diseñar un nuevo marco industrial en el que participen todos los sectores de la cadena de valor, incluido el minero, químico, energético y manufacturero.
Propone asimismo que las 200 mayores ciudades europeas armonicen sus políticas de movilidad para evitar que los fabricantes tengan que adaptarse a cientos de regulaciones distintas.
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