En las ocho ediciones de Planes PIVE que se lanzaron entre entre 2012 y 2016, la dotación total supuso 1.115 millones de euros, una cifra que en este nuevo plan integral para el sector del automóvil será de prácticamente la mitad de lo aportado a lo largo de esos cinco años, 550 millones en ayudas directas a la compra -350 de ellos para compradores particulares-, sea cual sea la tecnología, por lo que se incluyen turismos tanto de gasolina como diésel, aunque la cuantía de la subvención varía según los niveles de emisiones.
El plan integral está dotado de un total de 3.750 millones de euros y se centra también en inversiones y reformas legales, estímulos a la investigación y la innovación, una fiscalidad que dote de mayor competitividad al sector y formación y cualificación para los trabajadores. A los 550 millones en ayudas directas a particulares y organismos públicos se incluyen otros 500 millones a una línea ICO para la adquisición de vehículos industriales y comerciales. Es el primer plan sectorial aprobado por el Ejecutivo para remontar la crisis económica derivada de la covid-19.
Se trata de una inyección "récord" de recursos para reactivar el mercado, tras el desplome de las matriculaciones registrado en los meses de marzo, abril y mayo por la pandemia de la covid-19. Nunca antes se había inyectado una cantidad semejante, y responde a una demanda histórica del sector, que lleva desde hace mucho tiempo reclamado ayudas para la compra de vehículos no solo eléctricos o de energías alternativas, sino también diésel y gasolina.
Con estas ayudas, se estaría recuperando la filosofía de los Planes PIVE que comenzaron en 2012 y que se articularon para incentivar la demanda durante la crisis económica y con los que se favoreció la renovación del parque español de automóviles, que actualmente es de los más viejos de Europa Occidental, con una antigüedad media de 12,5 años.
El plan incluirá medidas de financiación, "especialmente" para vehículos eléctricos, y ayudas para que las familias con menos recursos no se queden "atrás", mientas que empresarios y trabajadores autónomos se beneficiarán a través de "ahorros en combustible", ya que se facilitará la renovación del parque de vehículos para que sea más eficiente, explicó Sánchez.
Hasta 5.500 euros máximo
El plan aprobado que incluye todas las tecnologías prevé ayudas que oscilan entre 400 y 4.000 euros para la compra por parte de particulares y autónomos en función de las etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT) (Cero, Eco o C) y su clasificación ambiental (A y B). Estas cuantías se incrementarán en 500 euros en el caso de que el destinatario sea una persona física con una renta inferior a 1.500 euros o con movilidad reducida, o el vehículo a achatarrar tenga más de 20 años.
Además, las empresas se han comprometido a dar un descuento de la misma cuantía que la ayuda estatal, excepto en el caso de los vehículos de etiqueta CERO, en los que será de 1.000 euros, según el plan de ayudas, previsto para vehículos de hasta 35.000 euros (45.000 euros en caso movilidad reducida o rentas menores).
En el caso de particulares y autónomos, las ayudas de cuantía más elevadas, 4.000 euros, serán para vehículos con etiqueta Cero (eléctricos o híbridos enchufables), mientras que para el resto (híbridos o combustión) se prevén ayudas de 1.000 euros (Eco-A), 800 euros (C-A), 600 euros (ECO-B) y 400 euros (C-B). En el caso de las pymes, las ayudas para la adquisición de turismos oscilan entre 3.200 y 350 euros, mientras que en el de las grandes empresas van desde 2.800 a 3.200 euros.
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