Los conductores podrán disfrutar de los descuentos a la gasolina en sus desplazamientos en vacaciones. Así lo ha compartido el presidente Pedro Sánchez con los parlamentarios del PSOE en su encuentro de este miércoles. A falta de conocer si existen cambios al sistema de ayudas que se está desarrollando entre abril y junio, el Gobierno vuelve a apostar por la subvención y no por la bajada de impuestos. Una ‘rentable’ elección que le ofrece una recaudación ‘extra’ de cerca de 1.824 millones de euros.
Hacienda está recaudando este año de media 1.082 millones de euros al mes por el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, una tasa que también afecta a la factura del gas, pero donde predominan los carburantes. Con el último dato de abril, el primero con la subvención de la gasolina en marcha, esta tasa ha elevado su recaudación hasta los 1.355 millones de euros, un 6% más que el mismo mes de 2021, y eleva los ingresos por esta vía hasta los 4.329 millones de euros en los primeros cuatro meses de 2022.
Por su parte, el coste de la medida es bastante inferior. El Ministerio que dirige María Jesús Montero cifró en 1.423 millones de euros la cuantía que pagará el Estado para que los conductores tengan un subvención de 20 céntimos por cada litro de gasolina u otros derivados del petróleo. El coste al mes se eleva hasta los 474 millones de euros, menos de la mitad que los ingresos que reciben por el Impuesto Especial por Hidrocarburos.
La recaudación estimada para julio, agosto y septiembre por esta tasa se eleva hasta los 3.246 millones de euros, mientras que el gasto para Hacienda rondará de nuevo los 1.422 millones de euros. El balance sale ‘a devolver’ para el Estado en 1.824 millones de euros si, al igual que ha sucedido en 2018 y 2019, la recaudación por este impuesto se mantiene similar en verano.
La prórroga se extenderá hasta septiembre. Desde el Ministerio de Hacienda señalan que el Ejecutivo mantiene el patrón de ir extendiendo las ayudas por trimestres, ya que consideran que con la incertidumbre de la guerra en Ucrania no es posible hacer previsiones de más largo recorrido.
Una rentable decisión
El Gobierno ha apostado por dar bonificaciones y no tocar ningún impuesto tanto de la factura de los carburantes como del gas. Una decisión que sí ha adoptado con la electricidad. La práctica totalidad de facturas domésticas se beneficia de la rebaja del IVA de la luz, del Impuesto Especial sobre la Electricidad, que cumplirá un año en el 0,5% (el tipo mínimo que permite la normativa de la Unión Europea), y mantiene suspendido desde el pasado verano el Impuesto del Valor de la Producción de Energía Eléctrica (IVPEE).
Las medidas que se han puesto encima de la mesa en 2021 han ascendido a cerca de 2.200 millones, 2.000 las rebajas de impuestos y 200 millones el bono social. El impacto de la prórroga fiscal hasta junio sería en el mismo escenario de otros 2.000 millones, cuantía que ahora se incrementará por la subida de precios.
Pero que también se verá aumentada por la parte del mercado de derechos de emisiones, y con el incremento de la recaudación derivada del aumento de las bases imponibles del Impuesto Especial sobre la electricidad y del IVA. La propia Calviño fijó en 4.000 millones en septiembre el coste de mantener las rebajas fiscales un año, cifras que luego ha incrementado.
Ayuda a la gasolina
El método elegido, que ahoga a las gasolineras pequeñas con los anticipos, supone además una llamada a recurrir a prácticas fraudulentas, dos extremos que tampoco se contemplarían con una bajada del IVA y del Impuesto de Hidrocarburos. Claro está que el impacto publicitario que tiene la medida como subrayado de que corre a cargo del Estado también quedaría diluido con una reducción de impuestos.
Las gasolineras, la parte más vulnerable en la ayuda directa, quedarían liberadas de cargas con una rebaja de impuestos, sin anticipos, y sólo requiriendo un ajuste sencillo del tipo en el caso del IVA. Si se tratara de una rebaja del Impuesto Especial de Hidrocarburos, el impacto recae en el fabricante, no en el gasolinero, y se calcula según una tarifa de euros por litro que ya se tiene contemplada.
Podemos está intentado que el Gobierno tope las ayudas a carburantes por niveles de renta y ofrezca medidas selectivas para rentas bajas. Esta presión por parte de los morados ya se produjo el pasado marzo, cuando el Ejecutivo retrasaba su plan de choque contra la guerra y tuvo lugar el paro del transporte. Ahora mismo, en pleno enfrentamiento sobre la cumbre de la OTAN, la jugada parece que va a repetirse, con un Pedro Sánchez y los ministros socialistas cautivos de su relato fiscal contrario a las propuestas de Alberto Núñez Feijóo, que ha pedido ayudas y rebajas fiscales concentradas en rentas bajas.
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