Bankia y BBVA son los que peor han salido parado cuando se habla de bajistas en un año que la Bolsa no acompañó a la banca.
En un sólo año, los cortos han pasado del 2,49% al 4,65% en Bankia y del 0,28% al 0,71% en BBVA. Esto supone que los hedge fund apuestan 372 millones contra el banco de José Ignacio Goirigolzarri y 237 millones en contra del que preside Carlos Torres.
Pero esta será la última vez que tendrán que preocuparse de ver de manera tan exacta cual es el ataque de los hedge fund, ya que la CNMV no volverá a publicar las posiciones cortas agregadas para equipararse al resto de Europa.
A Bankia le sigue pasando factura la alta participación del Estado en su accionariado y los tipos bajos. Lo primero parece que seguirá sin tener solución puesto que la ministra de Economía, Nadia Calviño, ya ha advertido de que por el momento no se venderá otro paquete de acciones debido al bajo precio. Lo que se convierte en una paradoja, ya que los cortos no cesarán hasta que el Estado salga.
Es importante señalar que Bankia también ha basado su plan estratégico en una subida de tipos que parece que no llega. Es más, ya hay voces que alertan de que es probable que el BCE no los mueva hasta 2020, lo que para la entidad sería muy negativo.
A BBVA le ha pasado factura la caída de la lira turca, que terminó por afectar a su filial en el país, Garanti, y que les obligó a provisionar 300 millones más en 2018.
La inestabilidad geopolítica de la primera mitad de año, especialmente en Italia, también le dio un buen golpe a BBVA, que registró en ese periodo minusvalías en su cartera de deuda por importe de 328 millones de euros. El impacto en cualquier caso no se materializó en la cuenta de resultados, pero sí afectó en su cotización en Bolsa.
En Sabadell los cortos han pasado del 0,71% al 1,78% en un sólo año. Esta entidad ha tenido varios problemas comunes con el resto de sus compañeros, como Italia. Pero también han tenido sus contratiempos propios como TSB, su filial británica que ha perdido desde finales del pasado mes de abril 12.500 clientes por los fallos surgidos en la migración de sus sistemas informáticos, según reveló el miércoles Paul Pester, consejero delegado del banco.
El caso de Sabadell
La filial de Sabadell -el banco español acordó la compra de TSB en 2015 en una operación valorada en 2.350 millones de euros- llevó a cabo a finales del pasado mes de abril un proceso de integración tecnológica que provocó que cientos de miles de clientes tuvieran problemas para acceder a sus cuentas y que, por ahora, más de un millar haya sufrido sustracciones.
La crisis informática sufrida se ha convertido en un quebradero de cabeza para TSB y Sabadell, que afrontan una investigación de la Autoridad de Conducta Financiera de Reino Unido (FCA), y que ayer asistieron al vapuleo de sus principales ejecutivos por parte de diputados británicos en una comparecencia retransmitida por la televisión del Parlamento.
El resto de bancos
El resto de entidades financieras españolas también han tenido que lidiar con un año bastante malo. Italia, el brexit, problemas con filiales extranjeras o el 'lio de las hipotecas' han sido los principales escollos que han hecho de 2018, un curso para olvidar.
En el caso del Santander, el banco más internacional y grande de España, los cortos se han mantenido estables, en la senda del 0,2%. Lo mismo ha pasado con Caixabank, que apenas tiene un 0,2% de su capital prestado a los hedge fund. Bankinter, por otro lado, ha visto cómo se han reducido, del 0,6% al 0,5%.
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