El difícil contexto macroeconómico, y sus negativas sinergías, entre ellas el crecimiento continuo de la tasa de paro, están convirtiéndose en la gasolina del deterioro de las carteras de créditos de la banca española. En apenas un mes, de marzo a abril, los préstamos dudosos del sector financiero han crecido en 5.000 millones, hasta situarse en un volumen de 167.087 millones, según datos del Banco de España. De esta forma, el saldo de morosos supera ya en porcentaje a los registrados en junio de 2012, las semanas previas al rescate financiero, ya que en la actualidad la cartera crediticia total es menor. Fuentes del sector aseguran que este crecimiento se debe al inicio de la reclasificación de los créditos refinanciados por parte de las entidades.
Hace un año, la banca atesoraba 168.370 millones en préstamos dudosos frente a los 167.087 millones de abril pasado. Sin embargo, el saldo total, en junio de 2012, alcanzaba los 1,744 billones frente a los 1,536 billones del pasado abril, últimos datos oficiales conocidos. Por sectores, del total de esta rúbrica, algo más de 163.500 millones de euros corresponde a familias y empresas y 612 millones de euros corresponde a las administraciones públicas, siendo el resto imputable a sectores no residentes.
Junto al paro, el agotamiento de las reservas de familias y empresas explica el continuo crecimiento del saldo de dudosos que se está traduciendo en unas cifras históricas de morosidad. Así, aunque las hipotecas siguen presentando la tasa de mora más baja del conjunto del crédito, el porcentaje de los préstamos con garantía hipotecaria impagados frente al total cerró el primer trimestre a una milésima del 4% (3,999%), lo que equivale a su nivel más alto de toda la serie histórica, que arranca en 1998.
Más del 90% de los préstamos dudosos, en el entorno de los 163.500 millones, corresponden a impagados por familias y empresas
Según los datos del Banco de España, las hipotecas morosas sumaban 26.032 millones de euros al cierre de marzo, para una cartera de 625.439 millones de euros, con lo que la mora del 4% ha crecido un punto básico desde el 3% de marzo de 2012, pese a que el crédito a los hogares para la adquisición de vivienda se redujo en más de 21.800 millones con respecto al primer trimestre de 2012.
Mientras, la deuda de los promotores inmobiliarios con las entidades financieras españolas alcanzaba 205.892 millones de euros en marzo, de los cuales 59.561 millones —el 28,9%—, eran préstamos morosos. Hace un año, la morosidad de este sector rozaba el 23%, aunque tanto la cartera crediticia como el volumen de créditos dudosos eran muy superiores. El importe total de créditos a promotores alcanzó hace un año 205.696 millones de euros, en tanto que los morosos o dudosos superaban 67.400 millones.
Todas estas magnitudes elevan la tasa de morosidad de todas las entidades financieras que operan en España hasta el 11%, más de dos puntos porcentuales de los que se registraban hace doce meses, ya que en abril de 2012 el porcentaje de impagados era del 8,73%.
El aumento del saldo de créditos bajo sospecha se debe al inicio de la reclasificación de préstamos refinanciados por parte de las entidades, según fuentes del sector
Todas estas variables podrían ser mayores si los bancos no hubieran evitado un reconocimiento masivo de pérdidas de valor en sus activos a través de la renegociación de los préstamos concedidos a las empresas, muchas de ellas relacionadas con el sector inmobiliario. Las refinanciaciones de préstamos han alcanzado la cifra de 208.200 millones de euros desde 2008, un 14% del total de créditos concedidos.
En este sentido, Luis de Guindos aseguró el pasado martes que las refinanciaciones tendrán un impacto de 10.000 millones en el conjunto del sector de los que los bancos tienen capacidad para asumir 8.000 millones a base de castigar sus cuentas de resultados. Por tanto, las entidades españolas necesitarán otros 2.000 millones adicionales. En caso de nueva ronda de ayudas, Guindos asegura que podrían ser cubiertas por el FROB, que cuenta con una liquidez de 10.000 millones, o por nuevas emisiones del Tesoro.
"En ningún caso se necesitará acudir a los fondos europeos", aseguró el titular de Economía, que también negó que el Gobierno vaya a solicitar un alargamiento del programa de asistencia europea que expira a mediados de enero de 2014. Una aseveración que se pone en duda desde el sector.
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