La paciencia de los primeros espadas de la banca se agota. El desgaste constante al que se enfrentan las entidades de este país comienza a hacer mella en el discurso que se da en 'on the record' a la prensa y cada vez son más los altos directivos y banqueros que en el calor de los despachos comienzan a mostrar su hastío hacia este Gobierno, que "está yendo tarde en todo".
Cuando estalló la pandemia, la banca y el Gobierno tuvieron su particular luna de miel, con una de las mejores colaboraciones pública-privada conocidas en nuestra historia reciente. Los créditos ICO fueron un éxito a todas luces. Se repartieron más de 100.000 millones de euros avalados por el Estado en medio del confinamiento, consiguiendo poner en marcha unas estructuras tecnológicas super complejas y todo de manera telemática.
Los grandes banqueros, desde Ana Botín, hasta José Ignacio Goirigolzarri, pasando por Carlos Torres han tenido hasta le fecha muy buenas palabras para la gestión de Pedro Sánchez, pero la relación con el Gobierno comienza a hacer aguas por las últimas decisiones que se han tomado en la Moncloa. Se ha dado de lado a la banca y encima se le ha utilizado para hacer campaña.
La relación se empezó a fragmentar cuando Nadia Calviño metió mano en los ERE y cierres de oficinas, llegando a la opinión pública los ahorros de costes del sector y convirtiéndose en el centro del debate. La situación se agravó más tarde con Carlos San Juan y la 'revolución de los jubilados'. Volver a señalar a la banca no ayudó en nada, más y cuando una de las entidades más perjudicadas -Caixabank- cerró recientemente una fusión con Bankia, casi al dictado, en un entorno de pandemia y bendecida y auspiciada desde el propio Ministerio de Economía. "Pura hipocresía", critican diferentes fuentes.
Todo esto molestó mucho en las plantas nobles de los despachos. Pero las altas esferas están acostumbradas a aguantar el chaparrón. Esto ni se le ha acercado al daño reputacional que hicieron las preferentes o las cláusulas suelo, reconocen. La banca volvía a salir indemne de todas estas críticas y titulares sangrantes.
El verdadero problema se originó cuando se comenzó a jugar con las cosas del comer, con el dinero, con el balance y las cuentas de resultados. Fuentes financieras del más alto nivel consultadas por Vozpópuli lamentan profundamente que el Gobierno no haya querido tomar la ayuda que la banca le ha querido brindar para canalizar los fondos europeos y conseguir que éstos lleguen mejor a la población.
"Están yendo mal y nos gustaría que fueran más rápido porque está todo muy parado", señala un alto directivo de banca a este medio, que reconoce que los bancos esperaban que este año se ejecutaran muchas más partidas y se acelerasen los plazos. "Se tenía que haber puesto en manos de los empresarios todas las herramientas para que saliera todo mejor", señala, refiriéndose en este caso a los ERTE.
A esto se le suma el monumental cabrero del representante de la banca, José María Roldán, tal y como ya desveló Vozpópuli. El presidente de la AEB puso el grito en el cielo en la CEOE al enterarse por la prensa del nuevo paquete de medidas que preparaba Economía para intentar salvar a los empresarios afectados por la elevada inflación derivada del precio de la energía y que se ha agravado con la invasión de Ucrania.
Enfado de la banca
Roldán teme que un aplazamiento de los préstamos ICO puede acarrear un nuevo problema para el sector porque el Banco Central Europeo (BCE) obligaría a la banca a provisionar aún más. Fuentes financieras consultadas por este medio aseguran que aún es muy pronto para tener una opinión clara al respecto de las medidas anunciadas por el Gobierno, pero recuerdan que éstas tienen que estar encuadradas en el marco del contexto europeo.
Aún no teniendo suficiente, Sánchez sigue apretando la tuerca y obligando a los primeros espadas a dar una imagen de unidad de cara al mundo con su enésima puesta de largo, que se dará este lunes para presentar un nuevo paquete de medidas que de novedosas tienen poco. La Moncloa ha invitado a todo el Ibex a semejante jolgorio, con apenas unos días de antelación.
Desde los diferentes gabinetes de comunicación han mostrado su estupor ante esta nueva muestra de hedonismo del Presidente del Gobierno. Como bien es sabido, la agenda de un presidente de banca es muy movida y no se les puede avisar con tan poco margen. Esto ha provocado cierto malestar, ya que obliga a revisar por completo los calendarios profesionales para intentar ajustarlos, de nuevo, al beneplácito de la Moncloa. Todo parece indicar que esta vez, Sánchez, estará más sólo que nunca en la foto. Y no será casualidad.
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