La banca se ha encontrado con unos enemigos inesperados en el sector más apetecible: las energías renovables. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) están captando muchos proyectos de un negocio de gran interés para el sector bancario.
"El ICO y el BEI deberían limitarse a prestar dinero en aquellos sectores que sean estratégicos para la sociedad pero que las instituciones privadas no estén interesadas", señalan fuentes del sector a Vozpópuli. "Que se compita en este negocio con el dinero de todos y con condiciones con las que es imposible competir para nosotros, no tiene ningún sentido existiendo interés por nuestra parte", añaden.
La carrera contrarreloj en el que está inmerso el Gobierno para descarbonizar la economía ha provocado que desarrolladores y promotores de instalaciones eólicas o fotovoltaicas llamen a la puerta de los grandes bancos para conseguir financiación. Y las entidades financieras los reciben con los brazos abiertos. "Es la industria del presente, que nuestros propios inversores nos obligan a estar, y las rentabilidades que se están logrando aquí son de gran interés frente al 'stand by' que viven otros sectores tradicionales", relatan las mismas fuentes bancarias.
Este 'intrusismo' se ha manifestado tanto en pequeños como en grandes proyectos. A principios de abril, el BEI y el ICO anunciaron un acuerdo con Iberdrola para la primera financiación conjunta para el desarrollo de hidrógeno verde. Endesa también recurrió a 300 millones de euros del ICO para "financiar su estrategia de inversión y despliegue de energía renovable" en España.
En los dos últimos años, el ICO ha aprobado operaciones de financiación de proyectos verdes por importe de 2.603 millones de euros. El organismo dependiente del Ministerio de Economía cuenta además con el Fond-ICO Infraestructuras dotado con 400 millones de euros para invertir en activos de infraestructura sostenible como vectores de impacto económico y social.
El BEI, por su parte, ha adoptado recientemente su "Hoja de Ruta del Banco del Clima" con el fin de cumplir su ambicioso programa de apoyo a las inversiones en favor de la acción climática y la sostenibilidad medioambiental por valor de 1.000 millones de euros en el decenio que termina en 2030. Dos cantidades que, según manifiestan desde las entidades financieras, son en su mayoría "proyectos muy bancables".
Operaciones de la banca
Los bancos españoles más comerciales no han percibido este ‘intrusismo’, reconocen las fuentes consultadas por este medio. No obstante, recuerdan al ICO y al BEI que su labor es de complementar las operaciones de los bancos y no de quitárselas. Sea como fuere, lo que está claro es que los bancos quieren crecer en este segmento, pues ven claramente una oportunidad de negocio.
Recientemente, el Banco Santander creó Santander Green Investment, una nueva plataforma para adquirir e invertir en proyectos de energías renovables que se encuentran en fase de desarrollo y construcción. El banco que preside Ana Botín ha movilizado más de 65.000 millones de euros en los últimos tres años y tiene el compromiso de elevar esa cifra hasta los 220.000 millones de euros hasta 2030.
Banco Sabadell también quiere repetir como uno de los bancos más activos en este segmento. Es uno de los colocadores de bonos renovables más importantes del panorama nacional con un importe de 2.000 millones de euros en 2020. Recientemente se ha convertido en el banco colocador de toda la deuda sostenible de El Corte Inglés, tal y como publicó este medio. A 30 de junio de 2021, BBVA ha canalizado 67.000 millones de euros en financiación sostenible de los 200.000 que se comprometió alcanzar hasta 2025, tras anunciar recientemente que dobla esta cifra.
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