La banca ha decidido optar por la cautela con el nuevo impuesto al sector. Después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hiciera público su intención de recaudar 3.000 millones de euros de los beneficios extraordinarios del sistema financiero, Caixabank, Banco Santander y BBVA han publicado diferentes folletos de emisión de renta fija en los que obvian por completo el gravamen.
El anuncio se realizó el pasado 12 de julio. Pues desde ese fecha, la CNMV ha registrado tres folletos de las entidades y en ninguno se hace mención al mismo. Llama la atención que BBVA haga mención el impuesto a las transacciones financieras como un riesgo, pero no lo haga, por el momento con este.
Vozpópuli se ha puesto en contacto con los tres bancos y todos están de acuerdo en lo mismo: "no se puede incluir algo de lo que no sabemos los detalles". Este viernes ha tenido lugar una reunión con Nadia Calviño, pero de poco ha servido.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos ha anunciado que el nuevo impuesto a la banca se aprobará a través de una proposición de ley que se negociará con los grupos parlamentarios y cuyos detalles se conocerán la semana que viene, antes de que finalice el mes de julio.
De este modo, el nuevo impuesto tendrá trámite parlamentario para incorporar "las mejoras más adecuadas" con el fin de conseguir el objetivo de recaudación, sin afectar de forma negativa al crédito ni a los ciudadanos, según ha puesto de manifiesto Calviño tras la reunión con las patronales bancarias AEB, CECA y Unacc, las principales entidades financieras españolas y el gobernador y la subgobernadora del Banco de España, Pablo Hernández de Cos y Margarita Delgado.
La vicepresidenta ha asegurado al sector que este impuesto es "la decisión correcta" para repartir "los esfuerzos" que suponen el impacto de la guerra y de la elevada inflación.
El impuesto a la banca tendrá carácter extraordinario y temporal, y tiene como objetivo recaudar 1.500 millones de euros al año. En un principio, la tasa estaría en vigor durante dos años.
El anuncio sorprendió a la banca, pero también a Hacienda, que se enteraba horas antes y que pergeñó una previsión de recaudación para vestir el anuncio. De momento, sólo se conoce que el impuesto prevé recaudar 1.500 millones al año y estar en vigor dos años, 2023 y 2024, en principio, y que se aplicaría a empresas con una facturación de más de 1.000 millones de euros. Además de la intención de que la CNMC controle que no se repercuta a los clientes.
La banca contra el impuesto
Los banqueros consideran que la decisión de aplicar un impuesto extraordinario puede limitar el crédito, que es una de las palancas clave para combatir el freno de la economía. También alertarán a la vicepresidenta primera de que la inseguridad regulatoria puede alejar a los inversores internacionales e incluso poner en riesgo la prima de riesgo del país.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, señaló que el gravamen no debería dañar la solvencia de los bancos, ni endurecer las condiciones de financiación de las familias y empresas. Además, recordó que también puede afectar al crecimiento del crédito.
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