Cuenta atrás para la banca y el sector financiero para desprenderse de deuda rusa, cuya exposición supera los 107.000 millones de euros, y activos con relación con este país. Es el denominado periodo transitorio o de gracia, windown period en inglés, que vence para los mercados de capitales el próximo martes 12 de abril. Esta fecha límite llega cuando se siguen superponiendo los anuncios y entradas en vigor de nuevas sanciones, las últimas, anunciadas ayer mismo por la Comisión Europea, y aún por detallar, y también de EEUU y Reino Unido en una carrera punitiva de Occidente ahora interpelado por las imágenes de la masacre de Bucha.
En este sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunciaron ayer sanciones al carbón, a productos del metal y de la madera, y al jet fuel, entre otros, y entre las personas sancionadas pueden situarse las hijas de Vladímir Putin y familiares de Sergei Lavrov. En el apartado financiero, EEUU ha congelado activos al Sberbank, y también a Alfa Bank, ligado a Mijaíl Fridman y sus socios. A su vez, parece que finalmente Washington quitará a Rusia el estatus de nación más favorecida en la OMC.
Pues bien, en lo que respecta a las sanciones comunitarias que afectan al sector financiero, a partir del martes no se podrá vender valores negociables en euros emitidos a partir de ese día o participaciones en organismos de inversión colectiva que proporcionen exposición a dichos valores, a cualquier ciudadano/residente ruso o entidad rusa.
A partir del 12 de abril, las restricciones se aplicarán a todos los valores mobiliarios o instrumentos del mercado monetario emitidos por entidades sancionadas sectorialmente, es decir, sin el criterio de vencimiento de 90 o 30 días que se aplicaba anteriormente.
Tampoco se podrá desde el martes cotizar y prestar servicios en centros de negociación registrados o reconocidos en la UE para los valores mobiliarios de cualquier persona jurídica, entidad u organismo establecido en Rusia y con más del 50% de propiedad pública (es decir, no sólo las entidades sectoriales sancionadas listadas).
A todo esto se añade que a partir del 15 de abril estará prohibido prestar servicios de calificación crediticia a cualquier ciudadano ruso o persona física que resida en Rusia o cualquier persona jurídica, entidad u organismo establecido en Rusia. Quedará igualmente prohibido proporcionar acceso a cualquier servicio de suscripción en relación con las actividades de calificación crediticia a cualquier ciudadano ruso o persona física que resida en Rusia o cualquier persona jurídica, entidad u organismo establecido en Rusia.
La exclusión de algunos bancos rusos del sistema Swift de pagos internacionales lleva a que las empresas rusas no puedan realizar ni recibir pagos, con el consiguiente impacto en los activos. La exposición total del sector financiero internacional a Rusia ascendía a 121.500 millones de dólares (unos 107.000 millones de euros) en créditos a cierre del tercer trimestre del año pasado, según datos del Banco Internacional de Pagos (BPI o BIS en inglés). Los préstamos de las entidades españolas eran de 812 millones de dólares (unos 700 millones de euros).
Otros bancos europeos –como los de Austria, Italia y Francia– son los más expuestos a Rusia, y han estado en alerta máxima ante las nuevas sanciones, según Reuters. El sector financiero más afectado es el italiano, con 22.335 millones de euros.
Luego está el caso de los bancos de inversión, como Goldman Sachs, que han anunciado que dejan de operar en Rusia y que están siendo muy activos en este windown period. Según la NBC, esta entidad esta incluso colocando deuda rusa a fondos americanos valiéndose de estratagemas para sortear las sanciones de EEUU, que sólo lo permitirían a fondos de mercados secundarios, el caso de Oriente Medio y Asia, por ejemplo. Siempre que no tengan sus propias sanciones. Desde Goldman Sachs trasladan que cumplen con la normativa de sanciones.
Sin embargo, la exposición no acaba aquí. La banca española tiene un 10% de deuda sectorial en riesgo por la guerra y la escalada de precios. Una desconexión total de las exportaciones e importaciones de Ucrania y Rusia por la guerra y una subida del precio de la energía y materias primas del 200% de forma continuada motivaría que un 10% de exposición del sector bancario español podría verse afectado. En total, son 64.473 millones de euros de la exposición total a empresas de 652.357 millones de euros, según el informe El pulso de la banca española de Alvarez & Marsal.
La banca española
Según el director sénior de Alvarez & Marsal, Eduardo Areilza, ninguna entidad bancaria española destaca especialmente por su exposición a estos sectores, si bien los que tienen mayor cuota de deuda empresarial (Santander, Sabadell o CaixaBank) son los que tienen una mayor cuota en industria. El Banco Central Europeo (BCE) ya ha pedido este tipo de análisis a los bancos europeos y desde los españoles así lo han trasladado. Empresas y bancos se blindan ante las sanciones.
En esta línea, las empresas están revisando sus planes de negocio ante el deterioro de sus activos por la guerra de Ucrania, lo que también impacta en la banca. Las inversiones en el extranjero ya sufren deterioro de cartera, lo que tiene efectos financieros, fiscales y contables especialmente relevantes en el caso de las que tienen presencia en Rusia.
Algunas de las sanciones afectan a operaciones que se produzcan tras el 12 de abril y otros plazos anteriores, como el 26 de febrero, no atañen en principio a contratos o préstamos anteriores si se acreditan. En cualquier caso, el 12 de abril marca una línea respecto a la imposibilidad creciente de operar con valores rusos o con exposición a Rusia. "El papel ruso va a tener difícil que se apueste por él", traslada José María Viñals, socio de Squire Patton Boggs experto en sanciones.
En lo que atañe a las acciones, la incertidumbre es absoluta con una bolsa rusa que abrió tras un mes cerrada con caídas del 50%, señala Carlos Lao, socio en el departamento de Mercado de Capitales y Financiero de Ramón y Cajal Abogados.
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