Abanca mantiene intacto su apetito por seguir creciendo vía compras. El banco presidido por Juan Carlos Escotet dispone de más de 1.400 millones de euros para lanzarse a la caza de entidades, con el foco sobre todo en las de mediano tamaño. Aguardará a que surjan oportunidades en el mercado una vez que se termine el ciclo histórico de subidas de los tipos de interés.
La última adquisición de Abanca fue la de Targobank, que tiene apenas 3.000 millones en activos, pero Escotet busca dar un golpe más fuerte en el sector financiero. El gran intento fallido fue la opa que planteó a algunos accionistas de Liberbank cuando la entidad asturiana estaba en plenas negociaciones de fusión con Unicaja. De momento, se ha tenido que contentar con pequeñas adquisiciones, pero que han dejado constancia entre sus competidores de su ambición por el crecimiento inorgánico: ha protagonizado siete operaciones corporativas desde 2014.
Abanca cerró 2022 con una ratio de capital de máxima calidad CET1 del 12,5%. Se trata de un exceso de 1.414 millones de euros sobre los requisitos mínimos y que guardará como munición para lanzarse a hacer compras, según fuentes financieras. El regulador exige a Abanca una ratio de capital CET1 ligeramente superior al 8%.
Menos dividendo para tener más munición
"Surgirán oportunidades en el medio plazo", dijo sin ambages Juan Carlos Escotet en la presentación de resultados del banco. Y defendió la nueva estrategia de sacrificar el dividendo para seguir aumentando el colchón de capital para futuras operaciones corporativas.
Abanca ha comprado siete entidades pequeñas desde 2014, pero ambiciona una mediana. Ya intentó en 2019 hacerse con Liberbank en medio de las negociaciones de fusión con Unicaja"
El beneficio destinado a dividendos (conocido como 'pay out') se rebajará, de hecho, del 40% actual al 25% en 2023 para reforzar la chequera. Si se tienen en cuenta las ganancias de 217 millones logradas el pasado año, esta nueva política de dividendos permitiría retener en capital más de 30 millones, que se sumarían a los 1.414 millones de extras de capital. Pero, como se prevé en todo el sector bancario, los beneficios de 2023 serán mayores por las subidas de tipos del BCE, por lo que es muy probable que Abanca refuerce por encima de los 1.500 millones su hucha de capital.
Escotet suele sacar pecho de la experiencia en integrar entidades. La primera compra fue en 2014 del Banco Etcheverría y en 2017 aprovechó la crisis de Popular para hacerse con su filial de servicios financieros. Se ha convertido en una banco especializado en comprar entidades de grandes grupos extranjeros en salida de España o Portugal, como la banca minorista de Deutsche Bank en el país luso o Banco Caixa General en España.
Targobank, la última pequeña compra
La compra de Targobank reforzará zonas geográficas estratégicas, como Madrid y Andalucía, y fortalecerá líneas de negocio retail como crédito y seguros. A finales de diciembre anunció conversaciones exclusivas con Crédit Mutuel, dueño al 100% de Targobank, y está previsto cerrar la operación en la segunda quincena de febrero.
Para el próximo mes el banco tendrá que abonar ya un primer pago fraccionado del 50% del impuestazo. La cúpula de Abanca anunció el viernes que recurrirá el impuesto, que gravará con un 4,8% los ingresos típicos y comisiones por la venta de productos como seguros o fondos de inversión.
"Es claramente inconstitucional", dijo Escotet, que advirtió además de que genera desventajas dentro del propio sector al dejar fuera del perímetro de aplicación a las entidades extranjeras y otros duros competidores regionales, como las cajas rurales. La entidad estima que la nueva tasa tendrá un coste de unos 50 millones anuales.
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