Alantra cerró en 2016 un año clave. El banco de inversión presidido por Santiago Eguidazu protagonizó un cambio de imagen (hasta septiembre era conocido como N+1), reforzó su expansión internacional y consolidó su resultado en gestión de activos y asesoramiento en operaciones, área donde cerró un año récord participando en 147 transacciones.
Todo ello valió para que el grupo financiero cosechara un beneficio neto de 25,1 millones el año pasado, un 42% más que en 2015. Lo consiguió a pesar del repunte de los gastos derivado de la expansión internacional: los costes totales se elevaron hasta 50,5 millones, un 41% más.
En 2016, Alantra incorporó 12 nuevas oficinas en Europa, EEUU, Latinoamérica y Asia. Por un lado, cerró un acuerdo con C. W. Downer para establecerse en Estados Unidos; compró el 50% de Landmark, firma latinoamericana, y alcanzó un pacto con sus socios alemanes. Estas operaciones, junto a la recompra del 50% de SYZ en su banca privada, costaron 43 millones a Alantra. Por otro lado, incorporó nuevos equipos en Ámsterdam, Atenas, Estocolmo, Lisboa y Pekín.
Los costes al alza fueron compensados por el crecimiento de los ingresos del negocio de asesoramiento financiero y gestión de activos, que ascendieron a 90 millones. Alantra se ha consolidado como uno de los principales competidores en banca de inversión en España en un año en el que el negocio estuvo bajo presión. El negocio de cartera aportó otros 25 millones en ingresos.
Especialista
Entre las operaciones en las que se ha especializado Alantra está la venta de carteras de activos problemáticos de la banca y filiales del ladrillo, segmento en el que es una de las firmas de referencia en España, Portugal, Italia y Chipre.
El crecimiento del beneficio permitirá a la firma de Eguidazu proponer un nuevo dividendo de 0,35 euros por título, con lo que habrá pagado 0,6 euros con cargo a los resultados de 2016, lo que supone un pay out del 81%.
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